Militar con 45 años de servicio y a sólo ocho meses de retirarse, Fermín Rivas García, director del Instituto de Seguridad Social para las Fuerzas Armadas Mexicanas (ISSFAM), está acusado de dispendio y desvió de recursos en beneficio propio y de familiares, tráfico de influencias, prepotencia, corrupción y acoso sexual al personal femenino.

A la redacción de Contralínea llegaron tres denuncias presentadas ante la Presidencia de la República y las secretarías de la Defensa Nacional (Sedena) y de la Función Pública (SFP), en donde aparentemente personal civil y militar que labora en el Instituto imputa a Rivas García malos manejos operativos y administrativos. Los denunciantes exigen que se lleve a cabo una auditoría externa por parte del personal de la SFP.

El ISSFAM tiene como objetivo brindar bienestar a los militares en servicio activo o en retiro y a sus derechohabientes en materia de salud, vivienda y educación. Cuenta con un órgano de gobierno que es la Junta Directiva, integrada por nueve miembros divididos en igual número entre Sedena, Marina y Hacienda.

Luego de su toma de protesta, Felipe Calderón nombró a Rivas García director del ISSFAM, y desde ese momento dejó su cargo como comandante de la IV zona militar en Nuevo León, y cambió sus oficinas al cuarto piso del instituto, en avenida Industria Militar 1053.

Rivas García ingresó al Ejército en 1962 y perteneció al Arma de Artillería, fue jefe de Informática y comandante de la 39 zona militar en Ocosingo, Chiapas. También, fue subinspector y contralor general del Ejército y Fuerza Aérea mexicanos y comandante de la IV región militar en Nuevo León.

Desde 1999 el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas ha acusado a Rivas García por supuestos crímenes de lesa humanidad, y de ser responsable de la agresión y desarticulación de los municipios autónomos zapatistas. En particular, lo señalan como quien encabezó la agresión a la comunidad chiapaneca Ricardo Flores Magón en 1999, entonces comandante de la 39 zona militar con base en Ocosingo.

La denuncia

Ahora, el titular del ISSFAM es acusado de ordenar una adjudicación directa a Edificaciones Prácticas para la remodelación de 50 viviendas en una unidad habitacional militar (UHM), ubicada en San Cristóbal, Chiapas. Los denunciantes aseguran que la empresa pertenece al suegro del general, por lo que piden declarar desierta la licitación, aun cuando concursaron dos constructoras más.

En la denuncia explican que fue América Sánchez, jefa de departamento en la Dirección de Construcciones y supuesta amiga personal de Rivas García, quien dio instrucciones para que personal de su área alterara documentación oficial y entregara la obra a Edificaciones Prácticas. Agregan que la remodelación empezó el 1 de marzo de este año, sin que antes se firmara el contrato correspondiente.

De acuerdo con la denuncia, Rivas liquidó al subdirector Jaime Careaga y a Mónica Terreros, jefe de departamento de la Dirección de Construcciones, porque ellos fueron quienes denunciaron las irregularidades de Edificaciones Prácticas.

En Baja California, sostiene la denuncia, el general autorizó que Terracota Construcciones, empresa que tenía a su cargo la construcción de la UHM el Cipres II y no había cumplido con los tiempos que marcaba el contrato, siguiera con la obra, pese a que ya estaba desfasada en tiempo y forma para entregar la unidad.

Las acusaciones señalan, además, al secretario particular del general Rivas, el mayor Carlos Javier Álvarez Cárdenas, por malos manejos en los recursos de la partida de alimentación; así como de los dineros que entran al instituto por concepto de eventos que se realizan en el salón del ISSFAM, ubicado en el octavo piso del edificio central y el salón de “la bola”.

Según la denuncia anónima, Álvarez Cárdenas administró el departamento se desviaron recursos y se pagaron facturas a las empresas Dinámica de Nutrición, Sinergia de Alimentos y Comercializadora de Alimentos del Mar por productos que no fueron servidos en los desayunos que el ISSFAM ofrece a sus empleados ni entraron a los almacenes del instituto.

Los documentos advierten que la construcción de la casa hogar para militares retirados, en Morelos, ocasionará una crisis en las finanzas del ISSFAM, ya que aseguran que no se cuenta con los recursos para llevar a cabo el proyecto. “De dónde van a salir los recursos para su funcionamiento, medicina, etcétera”. Sin embargo, Rivas García insiste en la obra porque será el gran proyecto a su paso por el instituto.

La denuncia señala que el ISSFAM podría caer en insolvencia económica el próximo año, al grado de dejar de pagar la nómina de sus trabadores. Por lo cual, Rivas García, ha ordenado el despido de más de 200 trabajadores, quienes serán liquidados con las ganancias de la venta de terrenos propiedad del instituto.

Los excesos del general

Los supuestos empleados afirman que Rivas García realizó dos fiestas, una en Veracruz y otra en Hidalgo, financiadas con recursos del Instituto. Explican que para el cumpleaños del general, éste se gasto 150 mil pesos, además de que utilizó mobiliario oficial y personal, como cocineros y meseros para que atendieran a sus invitados, sin que se les pagaran horas extras “y por supuesto alimentos y bebidas embriagantes de estas pachangas”, dice el documento.

En la denuncia se lee: “Nuestros compañeros que llevaron a la fiesta… vieron cómo el contralor Torres se puso una borrachera con mi general Fermín… nos preguntamos cómo va a ser que encuentren irregularidades, por eso está corriendo a los titulares de auditorías, pues ellos sí saben que las irregularidades son ciertas… la investigación de las denuncias el contralor Torres se la dio al titular de quejas y responsabilidades, Francisco González, sabemos que le dio un mes para que determine que no existen irregularidades”.

Indica que se compró una camioneta, con un valor de 500 mil pesos, se remodelaron las oficinas de la dirección general, se cambió el estrado del salón de fiestas del Instituto, con una inversión superior a los 150 mil pesos. Además, Rivas ordenó acondicionar un departamento en las instalaciones del centro recreativo Héroes de la Revolución, “la bola” para que viviera su hermano; de igual manera, le asignó un vehículo oficial con chofer y un ayudante auspiciado con dineros de erario.

Agrega que el titular del Instituto pretende otorgar la concesión para que el restaurante de un amigo, se instale dentro del ISSFAM, pagando una cantidad “ridícula” por el permiso, y afirman que el área jurídica dijo que no procedía dicha autorización.

Acoso sexual

Rivas García es acusado de acoso sexual: “Aparte de todo, mi general Rivas tiene fama de que le gustan las mujeres jóvenes y bonitas, por lo que las trabajadoras del ISSFAM tememos que nos llame a sus oficinas supuestamente a desayunar. A las que les ha tocado, y no se prestan, han tenido que renunciar como el caso de la actuaria Claudia Abadia”.

Además, acusan al militar de ordenar la contratación de personal femenino que comisionó en las áreas del Instituto sin que hagan nada y sólo están esperando que las llame a su oficina.

De acuerdo con las quejas, otra de las afectadas es la secretaria del coordinador de Informática Planeación e Innovación. También lo acusan de comprar regalos con dinero público para personal femenino, y mencionan el caso de “Karla”, de quien no proporcionan apellido. Dicen que a la doctora del Instituto, a quien le pidió ir todos los días en la mañana a tomarle la presión, el día de su cumpleaños le organizó un desayuno para festejarla.

Rivas se dice inocente

Desde sus oficinas en el cuarto piso del edificio central del ISSFAM, con una vista al Hipódromo Las América y al Campo Militar Número 1, Rivas García se declara inocente de todas las “calumnias” que se le imputan y asegura ser transparente en el manejo de los recursos.

El general declara tener una idea de la procedencia de las denuncias, pero que no puede dar nombres para no perjudicar gente. “En el momento que tenga los pelos en la mano voy y los denuncio penalmente, porque son afectaciones a mi persona”, indica.

Comenta que tuvo una entrevista con el secretario de la Defensa Nacional, Guillermo Galván Galván, quien le autorizó hablar respecto a las denuncias anónimas en su contra, para que defendiera su integridad como militar.

El titular del organismo reconoce que a su llegada detectó anomalías en la obra pública, pero no presentó ninguna queja ante el Órgano Interno de Control o de la Función Pública. “No voy a criticar el pasado, vengo y veo cómo están las cosas y de ahí parto”, dice.

Afirma que se descubrieron irregularidades en la dirección de Construcciones, ya que los encargados de las licitaciones tenían contacto directo con las constructoras, por lo cual firmó un convenio con la Sedena, para que a través de la dirección de Ingenieros fueran los encargados de realizar las obras del ISSFAM, y con eso terminar con la corrupción en el Instituto.

“Cuando me doy cuenta de eso, decido que la gente ya no tenga injerencia con los contratistas y hago un convenio con la Secretaría de la Defensa, para que la obra pública de 2007 la hagan sus ingenieros. Así, ya no se mete el personal, que es ahí donde se les acabo sus entradas”, dice el militar.

El general indica que se le entregó la remodelación de la UHM a Edificaciones Prácticas, cuyo dueño no es su suegro, porque las otras empresas presentaron documentación apócrifa, sin firma ni sello y no reunían el capital para poder participar.

En Baja California –dice–, cuando llegué, la obra no tenía ningún avance y se tuvo que rescindir el contrato, “ahí también afectó intereses”. Sin embargo, acepta que antes de quitarle la obra a la empresa Terracota Construcciones le dio otra oportunidad para terminar la UHM, sin obtener resultados.

Respecto a las denuncias de las fiestas pagadas con dinero del ISSFAM, Rivas García afirma que pagó con recursos propios, pero que las cotizaciones de los gastos los calculó el jefe del departamento. Agrega que el personal que se empleó firmó una lista donde quedó asentado el pago de sus horas extras.

El titular del ISSFAM se negó a responder ante las supuestas denuncias de acoso sexual contra personal femenino del Instituto. “Eso es sin discusión ni se puede comprobar, el órgano de control interno no ha recibido ninguna queja de alguna empleada de aquí, no lo hay y no he despedido yo a nadie”, asevera.

“No estamos en crisis”

Respecto a la construcción de la casa hogar para retirados, que se construye en un terreno con un valor de más de 50 millones, Rivas García comenta: “Ellos no son nadie para decir que se va a desfalcar al Instituto. Afortunadamente no soy autónomo y dependo de una Junta de Gobierno y una cabeza de sector, que es la Sedena”.

El titular del organismo concede la razón a los denunciantes y menciona que no se cuenta en este momento con los recursos, pero que para poder avanzar en un proyecto primero se tiene que hacer la compra del terreno. Y añade que habrá dinero para pagar la nómina del próximo año, ya que se tienen reserva territorial que se puede vender para cubrir futuras necesidades.

Revista Contralínea México

Fecha de publicación: Octubre 1a quincena de 2007