Pudieron llamarse Balsa Ebria, Botella de Agua o Tree Mango, pero, sin saber como, terminaron llamándose LA K.BZUHELA, un nombre que no significaba nada, pero que sí les involucraba de alguna manera con la literatura, pues eso son: unos pocos huambras noveleros, que se propusieron hacer literatura en un taller de la Casa de la Cultura, taller que está dirigido por Diego Velasco, el que anda en esa labor desde hace veinte años, incitando a los ilusos a vivir de la literatura.

Diego Velasco, su maestro e instigador, los describe de la siguiente manera: “Los Kbzhuelas, liderados por la arquitectura poética de Johanna López y orientados (y/o desorientados) por la brújula caminante de Juan Pablo Mogrovejo, el sesudo y complejo mundo filosofal e “involuntario”de Paúl Miño, la tierna esquizofrenia de Andrea Samaniego, el neo vanguardismo de Freddy Ayala y el hiperrealismo de Marco Bustos, nos demuestran que está arribando una nueva camada de escritores en Ecuador, nacidos a partir de los años 80; y aún más, que su proyecto editorial “anti oficial” y “autogestionario” constituye una “utopía realizable”.

Y tan realizable que, después de tres años de desarrollo personal y colectivo acaban de publicar cinco libros, tres que integran la colección poética “Generación Fractal”, y dos que corresponden a la colección narrativa. . En la poética están los libros: “CERTEZAS HÍBRIDAS”, de Johanna López Santos; “PRAVDA”, de Andrea Samaniego; y “ZARATANA”, de Freddy Ayala Plazarte. Los de la colección de narrativa corresponden a “KALEIDOSCOPIO: IRIS Y RETINA” de Juanpablo Mogrovejo y “CUENTOS INVOLUNTARIOS”, Paúl Miño Armijos.

De esta manera, con su obra, la.Kbzhuela nos da una prueba de su incesante búsqueda del oficio literario, pero también de un intenso encuentro lúdico con su grupo y con otras voces de su “generación fractal”. Todos ellos están interesados en la configuración de una literatura joven y fresca, para demostrarnos que en estas tierras andino-ecuatoriales hay más que una despistada línea literaria y que estos nuevos escritores irrumpen como una generación crítica y real y que, además, es una generación en donde hacer literatura puede ser ejercido en una suerte de amor colectivo.
La historia del Grupo es muy simple, ellos mismos nos la cuentan: “Nos reuníamos un día por semana y hacíamos propuestas de textos aventurando la palabra y ajustando posibilidades. Hicimos una revista, participamos en encuentros, hicimos recitales, pintamos las mesas de El Ejido y rayamos la lista de ciertos karaokes, nos bautizaron y bautizamos y finalmente hoy lanzamos nuestro primer libro. Actualmente preparamos 4 antologías de: el Cuento Fantástico (P. Miño), Los Poetas Suicidas (J. López), Los Poetas Callejeros (J. P. Mogrovejo) y De la Novísima Poesía (F. Ayala), todos versión Ecuador. También tenemos varios libros inéditos”.

Y añaden: “El sitio más lejano del mundo (según cuentan los días) es una actitud que nos ha puesto a la.kbzuhela en las mismas vías, son cuentos, historias de nombres parecidos pero con savia diferente.- Estamos en el rumbo de la diversidad y por eso los pies nos salen de tres en tres, en una apuesta por un montaje híbrido en escena, lo que como grupo estamos convencidos debe ser la fuerza de nuestra permanencia, estamos en un sitio (mundo) donde no hay individualidades y entonces ¿Por qué no buscar que todo se mezcle?”

Hay nuevas ideas y sobre todo nuevas actitudes, actitudes que, sin duda alguna, están contra el sistema, están contra los “consagrados”, contra los “jóvenes” de más de sesenta años, a los que el sistema les tiene de comodines para defender sus intereses y presidir los cónclaves de la “nueva poesía ecuatoriana”, en la que ellos son los creadores y los usufructuarios de la fama. Gente nueva que quiere golpear, certeramente, a los oportunistas de la ‘Cultura Nacional’, que deambulan en ministerios y casas de la cultura.

“Las cortesanas soñaron que una divinidad/

venía a llevarse/

la geometría de un hombre/

sus brazos recién encogidos/

y el estómago con hambre de perros

no hubo quién se

compadezca/

un sombrero vanguardista aniquilaba su rostro/

y la fogata/

en varillas lastimeras/

donde se quemaba a los padres del saber”.

(Freddy Ayala)