La partida de Hillary Clinton fue escenificada con sumo cuidado para preservar sus posibilidades de convertirse en candidata demócrata a la elección presidencial. La ex primera dama sigue pensando en su regreso a la Casa Blanca y ya comienzan las apuestas sobre la posibilidad de que un duelo espectacular se produzca, en 2012, entre las dos dinastías que representan ella y Jeb Bush, el hermano menor de Junior.

En todo caso, la señora Clinton se presentó primeramente ante el Council on Foreign Relations para exponer a la clase dirigente del país el informe sobre su actividad como secretaria de Estado. Y evaluó su trabajo en términos cuantitativos (cantidad de días de viaje, de países visitados, de kilómetros recorridos, etc.), cifras que demuestran que la señora Clinton desplegó una actividad intensa, pero sin lograr esconder su mediocridad. La señora Clinton resumió su balance en términos sorprendentes: «Bajo el liderazgo del presidente Obama, terminamos la guerra en Irak, comenzamos la transición en Afganistán y llevamos a Osama ben Laden ante la justicia (sic).

También revitalizamos la diplomacia americana y fortalecimos nuestras alianzas. Y aunque nuestro restablecimiento económico no haya sido completo, marchamos en la dirección correcta. En resumen, la América de hoy [1] es más fuerte en su propio territorio y más respetada en el mundo. Y nuestro liderazgo global tiene un base más fuerte de lo que muchos habían previsto» [2]. Es cierto que no hay dudas de que la imagen de Estados Unidos ha mejorado en relación con los catastróficos años de Bush Jr. Pero eso no es suficiente.

En su adiós a un millar de diplomáticos reunidos en el hall del inmueble Truman, Hillary Clinton recibió los aplausos de sus empleados del Departamento de Estado, quienes parecen haber olvidado que la ahora ex secretaria permitió el asesinato del embajador Chris Stevens, el defensor de la causa palestina en Washington. Todos la encontraron «genial» y «carismática». El resto del mundo recordará la imagen de una arpía histérica que ríe henchida de satisfacción por el anuncio del linchamiento de Muammar el-Kadhafi [3].

Mientras tanto, en la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado estadounidense se desarrollaba la audiencia de su presidente saliente, John Kerry, para confirmarlo como sucesor de la señora Clinton. La reunión no fue otra cosa que un intercambio de frases amables entre personas pertenecientes a un mismo mundo.

El senador Kerry se cuidó mucho de revelar sus intenciones. Recordó los tiempos de la guerra de Vietnam a su amigo John McCain y se comprometió a trabajar en estrecha colaboración con la Comisión senatorial que por tanto tiempo él mismo presidió. Lo más que hizo fue subrayar su intención de negociar con Irán desde una posición de fuerza, gracias al mantenimiento de las sanciones, y que la diplomacia estadounidense no se limitará a la seguridad internacional sino que abarcará las cuestiones de desarrollo. No dijo, en cambio, ni una palabra sobre Siria ni mencionó las relaciones personales de los Kerry-Heinz con los Assad.

Y lo que dijo fue en una jerga inigualable para celebrar la nación que supuestamente ha hecho mucho más que cualquier otra para favorecer la paz y los derechos humanos a través del mundo. La única sorpresa fue una referencia totalmente inesperada a Henry Kissinger sobre la complejidad del mundo moderno. John Kerry trató así de marcar su distanciamiento del fanatismo ideológico de sus recientes predecesores y de adoptar la pose de realista sin escrúpulos que tanto gusta en el Capitolio. Fue también una manera de anunciar, sin más precisiones, los abandonos y virajes que se aproximan.

Todo se está haciendo en aras de no molestar al grupo de presión israelí y de facilitar la confirmación de Chuck Hagel como secretario de Defensa. Y entre bambalinas, las piezas del rompecabezas siguen poniéndose poco a poco en su lugar. La Casa Blanca sigue repitiendo que Assad tiene que irse, pero el vicepresidente Joe Biden se va a Múnich a negociar con la Hermandad Musulmana, representada por Moaz al-Khatib, mientras que se va preparando la cumbre entre Obama y Putin. El reparto del Medio Oriente está a punto de empezar.

Fuente
Al-Watan (Siria)

[1En realidad se refiere a Estados Unidos. NdlR.

[2«Under President Obama’s leadership, we’ve ended the war in Iraq, begun a transition in Afghanistan, and brought Usama bin Ladin to justice. We have also revitalized American diplomacy and strengthened our alliances. And while our economic recovery is not yet complete, we are heading in the right direction. In short, America today is stronger at home and more respected in the world. And our global leadership is on firmer footing than many predicted.»

[3«Hillary Clinton se felicita de la muerte de Muammar Gaddafi» Ver video, Red Voltaire, 22 de octubre de 2011.