6-2-2014

Nadie analiza mejor el instante supremo en que el agua, (léase deudas) llega al cuello, que el náufrago que lucha por su vida y lanza el consabido SOS -Save our Souls- que a veces nadie escucha o a nadie importa. Me corrijo: a la legión que espera la honra de sus facturas sí importa. Aunque nadie ha cobrado una obligación ahorcando al deudor.

Mi inquieto hijo, ingeniero de profesión y revoltoso por vocación, me envió un texto que llevaba por título: ¡Cómo reinventarse después de los 50! Reúno el parámetro de la edad pero decidí juntar otro concepto: ¡Cómo reinventarse después de los 50 con pendientes al por mayor!

Quien espere una retahíla de mohínes y lamentaciones, se equivoca, el buen humor, constante inseparable que nos lleva por los caminos de Nuestra Señora la Vida, es fuego crepitante en toda creación humana y no voy a declinarlo en estos momentos de exposición rutilante.

Infiérase entonces que soy rico en buen humor y más bien de bolsillos flacos. Dicho sea de paso, no por mi voluntad. Hay empresas y amigos cuyos giros pueden ser muy largos o modificables, y el eslabón no perdido pero sí débil de esta cadena de producción es quien habla que tiene por fuerza que ceñirse a quienes no pagan a tiempo, con plazos que sólo ellos entienden o con prolongaciones -los criollos puchos- de nunca acabar. Cuadrarlos -como se dice en fabla popular- arriesga el rompimiento. ¡Y nada de molido!

¿Puede no ser alentable procurar el establecimiento de un orgullo nacional, con miras de exhaustiva investigación de la historia para saber cómo pasó, qué hicieron sus protagonistas, de quienes las traiciones y por causa de qué Perú está como está? A eso hemos definido la Propia Respuesta de autocrítica, de exégesis despiadada para con nosotros mismos para entender cómo es que debemos caminar por alamedas más bien limpias y no en el lodazal por el que transita Perú desde el mismísimo 28 de julio de 1821. Por desgracia NO he encontrado algo parecido ni similar en lo conceptual, fondo o forma.

Somos un país con capacidad filosófica hondísima. Tenemos dictámenes para todo, no hay títere que quede con cabeza luego de cualquier suceso. Pensamos demasiado, hacemos poco o, la más de las veces, nada. Capaces de elaborar edificios teóricos con palabras lindísimas arribamos a las conclusiones más desopilantes pero de allí no pasamos. ¿Acaso la corrupción no nos acompaña desde la conquista, el virreinato, la colonia y toda la infausta historia republicana? ¿no hemos visto, hasta nuestros días, que ladrones y delincuentes se hacen parlamentarios y presidentes una, dos o más veces?

El reto es hacer y hacerlo en términos de inclusión de los más y no de los menos. Hasta hoy minorías mediocres, racistas y excluyentes lograron un país a su medida, con aleve renuncia a su patrimonio y con escritura mañosa de su historia de suerte que los traidores son héroes y calles y avenidas llevan sus nombres. ¡El mundo patas arriba!

La dinámica de procurar que Perú se dé su Propia Respuesta impulsa un cambio desde el espíritu hasta la vida práctica y eso comporta conocer de nuestras flaquezas, pulverizarlas y hacer del país una nación libre, justa y culta. ¿Alguien puede impugnar esta empresa?

He conversado con directores de diarios (y unánimente no me conceden ni siquiera espacio para alguna columna semanal); he pergeñado guiones para programas televisivos retadores y sobre temas que nadie trata porque "no venden" y todos sonríen y me miran como a un loquito; intercambio emails con diplomáticos, militares, colegas, y sólo me contestan cuando algo es de su interés, es decir, si existe la mínima posibilidad que su ego resalte con sus nombres y apellidos. ¿El país, la historia, el porvenir que nos debe victorias, el sentido de pertenecer a un colectivo inmenso y con tradiciones? ¡Bah, esas son pamplinas deleznables!

Algunos empresarios quedaron embelesados y prometieron con voluntad entusiasta. Pero lo siguen pensando.

Y por eso el SOS.

Si a usted le sobra gasolina y quiere deshacerse de un auto que ya no quiere o no le gusta, no hesite en llamar.

Si su abultada billetera requiere enflaquecer merced a la donación de dólares, euros o soles, avíseme que le doy recibo y justificación firmada de a qué buenos destinos podemos destinar sus contribuciones.

Si tiene juegos de cartuchos para impresora, anótese en la lista que le doy las características.

Si sabe que alguien requiere correcciones de sus textos o elaboración de los mismos, en estilo y ortografía, avise que estamos siempre prontos.

Si tiene un libro o más para edición, haga lo propio y no permita el nadir temprano y la marchitación injusta de quienes aún tienen que trabajar.

Si quiere pasar un buen rato de humor con charla entretenida, eso es gratis. ¡Qué más felicidad que una sinfonía locuaz y cimentadora de amistad!

A buen entendedor, pocas palabras.

titre documents joints


¡SOS!
(JPEG - 48.9 kio)