El precio del barril de petróleo, 110 dólares en junio de 2014, cayó radicalmente hasta 20 dólares [1].

Esta caída del precio es imputable, en primer lugar, a la transferencia de los capitales especulativos hacia otros productos. Pero también se debe a la voluntad deliberada de Arabia Saudita de torpedear las inversiones en otras fuentes de energía así como los esfuerzos tendientes a reducir el consumo de hidrocarburos. Se trata, en definitiva de una política estimulada por Washington en el contexto de su guerra económica contra Rusia.

Dos años más tarde, ahora resulta que los efectos de la caída del precio del petróleo también están afectando a Estados Unidos. La cantidad de plataformas petroleras que explota Estados Unidos cayó de 1 600 a sólo 380 (un derrumbe de 78%). El sector petrolero estadounidense ha perdido más de 100 000 empleos. Al mismo tiempo, se han disparado en Estados Unidos el consumo de gasolina y las ventas de los vehículos llamados “todoterreno” o SUV –caracterizados por su alto consumo de combustible.

La caída del precio del petróleo ha destruido la industria del petróleo de esquistos y retardado las inversiones en la extracción de petróleo en aguas profundas y la explotación de los yacimientos del Ártico, pero sin afectar la explotación del petróleo en el Golfo de México.

La semana pasada, el libio Abdallah al-Badri [en la foto], secretario general saliente de la Organización de Países Productores de Petróleo (OPEP), se jactaba de haber ganado la guerra contra el petróleo estadounidense.

Esta nueva situación podría provocar un cambio en el actual desinterés de Estados Unidos por el Medio Oriente y llevar el Pentágono a tratar de volver a esa región. La Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes realizará el próximo lunes 9 de junio una serie de audiencias sobre ese tema.

[1El precio del petróleo fluctúa según la situación geográfica de los yacimientos. Nos referimos aquí al petróleo Arabian light, o sea el petróleo proveniente de Arabia Saudita, que siempre ha sido el de más fácil explotación a nivel mundial. En Europa, a menudo se utiliza como referencia el precio de petróleo llamado Brent, o sea el petróleo del Mar del Norte, o el petróleo WTI, o sea el precio del petróleo proveniente de Texas (Estados Unidos).