por Juan Carlos Flórez Granda*

19-7-2016

Hasta que por fin tuve tiempo para darme el gusto de ir al cine. Esta vez a ver los cortometrajes “Soldado Desconocido” y “Reducto” en la sala de cine de la Biblioteca Nacional del Perú. Para comenzar fue una grata impresión entrar a una sala casi llena, cosa que no se ve en este tipo de realizaciones culturales.

Por mi formación reconozco que tengo manía por fijarme en las ediciones, encuadres, luces y producción de cualquier película. Defecto que ha ido afinándose a través de los años.

Ambos cortos logran el objetivo de plasmar la problemática del día a día del soldado común, las diferencias de clase, el racismo y de alguna forma mostrar la compleja idiosincrasia del hombre común de la época. El guión bien tratado, la edición es aceptable y teniendo en cuenta los pocos personajes que participan en los cortos, logran suplir estos con encuadres cerrados y bien logrados. La luz es buena y a mi juicio, lo mejor: se ha procurado tener un vestuario acorde. La rigurosidad de estos ha sido vital para lograr compenetrarse con la trama. Realmente felicito esa producción. Las actuaciones y los doblajes son aceptables pero susceptibles a ser mejorados siempre en futuras muestras de corte educativo.

La verdad me han dado mucho gusto ambas producciones y felicito a Hamilton Segura Farfán por el logro, aplicando con escaso presupuesto todo tipo de recurso y creatividad para llevar un corto sencillo con buenos resultados, teniendo en cuenta lo difícil que es hacer cine en el Perú. El público en todo momento ha disfrutado de estos rodajes y las escenas “pícaras y románticas” han cumplido el objetivo de compenetrar más al público.

La película en sí es un llamado de atención a la integración, inclusión y unidad y en ese sentido, el posterior conversatorio debería ser enfocado en esa línea. La generación del XIX adoleció de unidad, pero ya han pasado más de 130 años y seguimos mirando hacia atrás, tildando de traidores, cobardes, etc., a algunos personajes y en cierta forma reviviendo un revanchismo utópico que a nada conduce sino a seguir amargándonos.

Tenemos el ejemplo de Japón, que pese a haber perdido en la 2da. Guerra, asimiló y aprendió de sus errores para convertirse en una potencia tecnológica. Alemania hoy es una potencia económica. En el Perú seguimos mirando al pasado y lamentándonos de la derrota cuando deberíamos aprender y evitar volver a caer en lo mismo.

Cortos como “Reducto” y “Soldado Desconocido” son una muy buena propuesta educativa, incluso para ser mostrada como complemento en los cursos de historia peruana, que tanto adolece el programa educativo, mostrando ese desequilibrio social que hoy está casi erradicado en una Lima integrada culturalmente.

Si el primer corto “Soldado Desconocido” nos plantea esa desigualdad, “Reducto”, nos muestra con la batalla de Miraflores, el inicio de esa unidad, donde casi todos sus habitantes pusieron el hombro defendiendo su territorio junto a hombres y mujeres de todas las clases y regiones del país.

* Director SEHCAP; jcflorezg@yahoo.com

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