Moneda corrupta que compra conciencias

El principal objetivo del gobierno es reactivar la economía o hacerla crecer, lo que significa aumentar la baja tasa de crecimiento del producto bruto interno (PBI) del 3.5% al 4.5% o más, esto no ha ocurrido. Uno de los factores es que los escándalos de corrupción vienen remeciendo el ansiado crecimiento y genera expectativas negativas en los agentes económicos.

Michael Porter en su última visita al Perú dijo: “La corrupción es una de las deficiencias graves que limitan el desarrollo”. Afirmó que los éxitos de los últimos años pueden irse al demonio si no se limpia el sistema judicial para alcanzar un Estado de derecho, así como instituciones políticas sólidas de lo contrario será imposible retomar el crecimiento.

Adam Smith en La riqueza de las naciones señala: El Estado debe proteger a los miembros de la sociedad de la “injusticia”, así mismo concluía, que la riqueza de un país depende de un esquema jurídico de justicia para todos.

En nuestro país, hay impunidad judicial y nuestro sistema de justicia se ha convertido en obstáculo para la competitividad, ya que no otorga niveles de seguridad adecuados a la inversión.

Las autoridades del Poder Judicial solicitan al Congreso más recursos presupuestales para cada ejercicio fiscal con la finalidad de incrementar sueldos; al respecto mostramos cifras: según el MEF, el Presupuesto Inicial Aprobado, PIA, del Poder Judicial el 2006 fue de S/.737,217,174 y el año 2018 es de S/.8,767,049,949 o sea un incremento de más del 100%; el Ministerio Publico 2006 S/. 296,208,942 y el 2018 S/. 1,824,408,000 más 100%.

Estamos en la obligación de afrontar el flagelo de la corrupción que genera desconfianza, sobre todo, en las pequeñas y medianas inversiones, factor clave para mantener el incremento del PBI en el mediano y largo plazo. El licenciado y profesor Luis Peña Kanafany decía: más vale poco con justicia que mucho con derecho.

Así también existen otras características por destacar. En primer lugar, las expectativas del gobierno son elevadas, no hay “presidente y gabinete de lujo”. Por alguna razón los inversionistas, pequeños, medianos y grandes no están invirtiendo y por eso no se logra hacer crecer la economía de acuerdo a lo esperado. La tasa de desempleo llegó en el último trimestre al 7.7%, la más alta de los últimos años.

En segundo lugar, es verdad que se han cometido graves errores políticos. La inseguridad ciudadana destaca como un problema que crece y no disminuye.

En tercer lugar, nuevamente la población no percibe que el presidente se “conecta”, siente que “no está presente”. Aquí el tema pasa por el estilo de gobernar.

En cuarto lugar, la inversión pública no se recupera y para crecer hay que invertir con una gestión pública aceptable, no se siente el nuevo Sistema Nacional de Programación Multianual y Gestión de Inversiones Invierte.pe para acelerar la ejecución de proyectos de inversión pública. La inversión privada representa el 80% del total de la inversión, mientras que la pública solo el 20%. Cualquier reactivación pasa por la privada.

Debemos hacer algo para cambiar esta situación con suma urgencia, de lo contrario el crecimiento de nuestra economía tendrá problemas para mejorar sus niveles de competitividad