Los jueces de instrucción a cargo de analizar los actos de la firma Lafarge en Siria acusaron al líder mundial de la producción de cemento de «violación de embargo», de «poner en peligro vidas humanas», de «financiamiento de acción de terroristas» y de «complicidad en crímenes contra la humanidad».

Desbordando los hechos que les fueron presentados inicialmente, los magistrados están tratando de determinar si Lafarge compró o no materia prima proveniente de canteras que se hallaban bajo control de los yihadistas y si vendió cemento a distribuidores vinculados a los terroristas.

En ese marco, los magistrados también decidieron inculpar al responsable de seguridad de la fábrica de Lafarge en Siria, el noruego Jacob Waerness, presentado en el diario francés Le Monde como un simple testigo cuando en realidad se sospecha que pudo ser el encargado de ayudar el Emirato Islámico (Daesh) en la construcción de fortificaciones e infraestructuras subterráneas.

Esto último es exactamente lo que ya explicaba, en 2017, el periodista francés Thierry Meyssan, tanto en su libro Sous nos yeux. Du 11-Septembre à Donald Trump como desde nuestro sitio web [1].

La colaboración de la transnacional francesa Lafarge con los yihadistas que tratan de destruir la República Árabe Siria está aún lejos de ser un “caso resuelto”. Por el momento, los magistrados no han señalado aún los vínculos existentes entre Lafarge, la ex secretaria de Estado estadounidense Hillary Clinton y la OTAN ni el apoyo de la transnacional a la construcción de fortificaciones para los yihadistas.

[1«Revelaciones: la yihad de Lafarge-Holcim», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 24 de marzo de 2017.