Las autoridades de la República Popular de Donetsk hallaron una cárcel secreta del régimen ‎de Kiev, en el territorio de ese nuevo Estado. Se trata de una antigua fábrica de embutidos ‎transformada en campo de prisioneros y manejada, desde 2014, por el batallón Aidar. ‎

Las personas detenidas en ese lugar eran mantenidas bajo régimen de aislamiento en locales muy ‎reducidos y eran sometidas a tratos degradantes e inhumanos. Algunos sobrevivientes ya habían ‎prestado testimonio sobre ese lugar pero sin poder probar su ‎existencia. ‎

La policía científica rusa trabaja actualmente en la búsqueda, cerca de esa cárcel secreta, de la ‎fosa común donde eran sepultadas las víctimas. ‎