La responsable de la política nuclear de la alianza atlántica, Jessica Cox, reveló en una reunión del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS, siglas en inglés) que la OTAN rechazó la adhesión de Ucrania.

Desde Kiev, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, habló de una «humillación», dado el hecho que el Reino Unido le había garantizado que la admisión de Ucrania como nuevo miembro de la OTAN sería una simple formalidad.

Rusia había anunciado que la adhesión de Ucrania a la OTAN sería interpretada en Moscú como una declaración de guerra.