• El diario francés Le Monde publica una tribuna de los periodistas suizos Patrick Vallélian y Sid Ahmed Hammouche, quienes acompañaban al francés Gilles Jacquier cuando este resultó muerto. Ambos autores reactivan la teoría del complot, ya abandonada por los funcionarios franceses. Se trata, esencialmente, de lanzar una nueva provocación.
La Red Voltaire aparece mencionada en esa misma tribuna. Los autores atribuyen al profesor Boris Dolgov, académico ruso especializado en temas sirios a quien la Red Voltaire recibió en Damasco y cuyos trabajos –en ruso y en inglés– se publicaron en Voltairenet.org, una serie de afirmaciones que el profesor nunca hizo. Lo más interesante es que los autores fingen no conocer al profesor Dolgov, a pesar de que se reunieron con él en dos ocasiones durante su estancia en Damasco, donde incluso conversaron durante largo rato con este académico ruso.

• En el Irish Times, Michael Jansen prosigue su descripción del impacto del conflicto en la población siria. Hoy demuestra que son los pobres quienes más sufren por causa de las «sanciones» occidentales, que supuestamente deberían ayudarlos.

• Anne-Marie Slaughter, ex directora de planificación política del Departamento de Estado estadounidense, publica una tribuna en el diario The Australian. En ella observa que Turquía ha ganado en influencia, desde el incidente de Davos y el de la Flotilla de la Libertad, y afirma que ese país debe pasar ahora de la palabra a la acción: Ankara debe apoyar a los rebeldes e incluso atacar al régimen de Damasco con ayuda de la OTAN.

La foto del día

© Associated Press

Un joven opositor ante un oleoducto en llamas. El joven es Khaled Abu Salah, un opositor residente en Homs que se ha dado a conocer por sus videos. La semana pasada, nos lo presentaban como herido e incluso agonizante. Según las autoridades sirias, el oleoducto fue saboteado por los «terroristas», mientras que la oficina londinense de la Hermandad Musulmana afirma que fue bombardeado por el «régimen».
La primera reacción de cualquiera es preguntarse por qué razón las autoridades sirias destruirían su propio oleoducto, acción que sólo puede agravar los efectos del embargo occidental contra Siria.
La segunda reacción normal sería tratar de entender por qué un opositor que atribuye al gobierno la responsabilidad de este sabotaje posa tan orgullosamente ante el incendio así provocado.

Las caricaturas del día

© The Saudi Gazette

The Saudi Gazette publica una caricatura de clásica propaganda para demonizar a Bachar al-Assad.

© Mana Neyestani, Le Monde

El diario francés Le Monde representa a Bachar al-Assad con un rostro de ultratumba y preparándose una bebida con la sangre de los condenados, a pesar de que en estos 10 meses de agitación armada el gobierno sirio no ha ahorcado a ningún opositor.
Es interesante observar que la representación de dirigentes bajo los rasgos de un vampiro que se alimenta con la sangre de sus víctimas se considera como un clásico del antisemitismo. En este caso, Le Monde no aplica ese cliché a un líder judío sino a un dirigente árabe y por ende también miembro de un pueblo semita.

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