El presidente George W. Bush anunció, el 20 de enero de 2004, durante su último discurso sobre el estado de la Unión, que duplicaría el presupuesto de la Fundación Nacional para la Democracia (NED) y concentraría «sus nuevos trabajos en la promoción de elecciones libres, del libre intercambio, de la libertad de prensa y de la libertad sindical en el Medio Oriente». Se trata, para la Casa Blanca, de acompañar su acción militar en la región con una ingerencia creciente en la vida interna de ciertos Estados.

A principios de los años 80, el presidente Ronald Reagan estigmatizó a la Unión Soviética como «el Imperio del Mal» y concibió nuevos modos de combatirla. A «la contención» diplomático-militar se agregó entonces una amplia empresa de desestabilización mediante la movilización de la «sociedad civil». Al haber sido reveladas las acciones secretas de la CIA por una serie de comisiones investigadoras y condenadas por la opinión pública, el Consejo de Seguridad Nacional decidió continuar su accionar mediante métodos menos sucios y bajo otra denominación. Principalmente, la nueva estructura tenía que ser protegida de la alternancia mediante una administración bipartidista.

Oficialmente creada el 6 de noviembre de 1982, la Fundación Nacional para la Democracia (National Endowment for Democraty - NED) dispone de un estatuto jurídico de asociación no lucrativa. Pero su financiamiento es aprobado por el Congreso y figura en el capítulo del presupuesto del Departamento de Estado destinado a la Agencia para el Desarrollo Internacional (US Agency for International Development - USAID). Para mantener la ilusión de que se trata de una organización privada, la NED recibe también donaciones de tres asociaciones, que son a su vez financiadas indirectamente por contratos federales: la Smith Richardson Foundation, la John M. Olin Foundation y la Lynde and Harry Bradley Foundation.

«En ocasión de celebrarse el veinte aniversario del Fondo Nacional para la Democracia (NED), reciban mis felicitaciones. Uds. han contribuido con su valioso apoyo material, técnico y moral a la actividad de los activistas por la democracia en numerosos países. Les transmito mi esperanza en que sabrán continuar adelante con ese importante compromiso en muchas partes del mundo en los meses y años venideros. Tony Blair»

La mayoría de las figuras históricas de las acciones clandestinas de la CIA han sido en algún momento miembros del Consejo Administrativo o de la dirección de la NED, entre ellos Otto Reich, John Negroponte, Henry Cisneros o Elliot Abrams. Actualmente la preside Vin Weber, ex-representante republicano por Minnesota, fundador de la ultraconservadora asociación Empower America y buscador de fondos para la campaña de George W. Bush en el 2000. Su director ejecutivo es Carl Geshman, un ex-trotskista convertido en responsable del Partido Socialista de Estados Unidos (Social Democrats, USA) y miembro de la corriente neoconservadora [1]

La NED no es más que la continuación de las acciones secretas de la CIA con otros medios, razón por la cual el Reino Unido y Australia se asocian desde arriba a su gestión en el marco del acuerdo que rige las relaciones entre sus servicios secretos militares.

El principio de la NED es que «Lo que es bueno para América, es bueno para el mundo». Los fondos los administra, por consiguiente, un Consejo Administrativo en el que están representados el Partido Republicano, el Partido Demócrata, la Cámara de Comercio de Estados Unidos y el sindicato AFL-CIO. Cada uno de estos componentes propone acciones que deben ser aceptadas por dos tercios de los miembros.

Después de atribuido el dinero, este transita mediante institutos controlados por alguno de los componentes. En la práctica, esto lleva a la NED a determinar los Estados que serán blanco de sus acciones y en los cuales ella financia partidos e interlocutores sociales para derrocar gobiernos y poner personas en el poder según «el interés de América» y no conforme al de uno u otro de sus componentes.

Aunque fue creada para luchar contra el comunismo, es precisamente desde que desapareció la Unión Soviética que la NED goza de mejor salud. Mientras pretende dedicarse a la promoción de la democracia, no hace más que someter Estados reproduciendo en estos los intereses contradictorios de la clase dirigente estadounidense.

Desde ese punto de vista, la NED es probablemente la principal responsable de la crisis de las democracias en el mundo: no ha cesado de falsear los mecanismos institucionales y de asimilar la democracia a una «buena administración» en nombre de los pueblos y suplantando a estos.

Por otro lado, la utilización de institutos con diversas etiquetas políticas esconde a la opinión pública el origen de los fondos y los móviles que determinan que estos sean atribuidos. En numerosos Estados, los beneficiarios de estas «ayudas» son manipulados sin que se den cuenta, incluso cuando los individuos que han negociado la atribución de estos fondos están perfectamente concientes de los canales a los cuales se integran.

Los cuatros institutos satélites de la NED son:
 Centro Americano para la Solidaridad de los Trabajadores (American Center for International Labor Solidarity - ACILS). Presidido por John J. Sweeney en su calidad de secretario general de la central sindical AFLC-CIO.
 Centro para la Empresa Privada Internacional (Center for International Private Entreprise - CIPE). Dirigido por Thomas J. Donohue en su calidad de presidente de la Cámara de Comercio de Estados Unidos, o sea como «patrón de los patrones» [2]
 Instituto Republicano Internacional (International Republican Institute - IRI). Presidido por el senador John McCain, perdedor de las elecciones primarias del 2000 ante George Bush, actualmente principal defensor parlamentario de la guerra global contra el terrorismo.
 Instituto Nacional Democrático para los Asuntos Internacionales (National Democratic Institut for International Affairs - NDI). Presidido por la ex-secretaria de estado Madeleine K. Albright.

El sistema de institutos satélites está inspirado en lo establecido por Estados Unidos, como ejército de ocupación, en Alemania con la Friedrich Ebert Stittung, la Friedrich Naunmann Stiftung, la Hans Seidal Stiftung y la Heinrich Boell Stiftung, utilizadas como retransmisores financieros en aquel país en lugar de los propios institutos alemanes.

Siguiendo el mismo principio, la NED encontró corresponsales en diversos Estados aliados, miembros de la OTAN o de la antigua ANZUS, entre ellos: la Westminster Foundation for Democracy (Reino Unido), el International Center for Human Rights and Democratic Development (Canadá), la Fondation Jean Jaurès y la Fondation Robert Schuman (Francia), el International Liberal Center (Suecia), la Alfred Mozer Foundation (Holanda).

En ocasión de su vigésimo aniversario, la NED hizo un balance de su acción del que se desprende que este organismo financia y dirige actualmente más de 6 000 organizaciones políticas y sociales a través del mundo. La NED proclama haber creado enteramente el sindicato Solidarnosc en Polonia, la Carta de los 77 en Checoslovaquia y Otpor en Serbia. También se congratula en haber montado tanto la radio B29 como el periódico Oslobodjenje en la antigua Yugoslavia y un montón de nuevos medios independientes en el Irak liberado.

La NED publica el Journal of Democracy, que se distribuye en el mundo entero, y la revista Encuentro, especialmente para Cuba, así como libros colectivos. También organiza prestigiosas conferencias con los intelectuales que patrocina (por ejemplo, el historiador François Furet y el patrón de la prensa Jean Daniel en Francia). Finalmente, la NED «forma» cuadros políticos y sindicales, en el mundo entero, en cuanto a todo lo concerniente al ejercicio de la «democracia».

Oficialmente, el presupuesto de la NED es de solamente 50 millones de dólares. Pero se agregan a esta cantidad principal numerosos co-financiamientos destinados a las operaciones que organiza. Estas participaciones exteriores, de un monto evaluado en varias centenas de millones de dólares al año, provienen principalmente del Departamento de Estado, del Departamento del Tesoro y, discretamente, de la CIA.

[1Recordemos que la mayoría de los neoconservadores son personalidades trotskistas que se aliaron a la CIA contra el estalinismo. Esta corriente «idealista de izquierda», antiguamente estructurada en torno al parlamentario demócrata Henry Scoop Jackson, se unió al Partido Republicano y ejerce hoy influencia intelectual sobre la Casa Blanca y el Pentágono.

[2El CIPE realiza acciones contra la corrupción mediante Transparency International y contra la explotación del trabajo infantil por intermedio de Social Accountability International.