Movidos por ese noble sentimiento acudieron al plenario del Palacio de Convenciones en la Habana, hombres y mujeres de más de 50 países.

Juntos manifestaron su repudio a la política genocida de Estados Unidos y mostraron al mundo que Cuba no está sola. Las palabras de Ricardo Alarcón de Quesada, Presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, fueron el punto de partida para el debate.

Una tras otra se sucedieron las intervenciones que comenzaron con Carlos Cachó, de Uruguay. Sus palabras evocaron las masacres durante las dictaduras militares en el continente que segaron la vida de miles de latinoamericanos y las contrapuso a esa otra realidad que ilumina los rostros de cientos de uruguayos, beneficados con la Operación Milagro protagonizada por hombres y mujeres cubanos de batas blancas.

Elperiodista José Manzaneda, coordinador del Proyecto Cubainformación, mostró las banderas que subieron al Aconcagua, el pico más alto de Argentina conocido como el Techo de América, a seis mil 962 metros sobre el nivel del mar.

Enseñó también la bandera que subirá proximamente al Pico Turquino con la carta que les envió Gerardo, uno de Los Cinco cubanos antiterroristas presos en Estados Unidos.

Pero el joven periodista trasmitió orgulloso al plenario y a Cuba, el mensaje de un amigo albañil. Un trabajador humilde que dijo conmovido: “Decíle a Cuba cómo la queremos. Decíle cómo la cuidamos”

La voces se multiplicaron. Llegaron con rostro de mujer, hombre, joven, negro, asiático. Todos clamaron por un nuevo orden internacional y manifestaron respeto por las conquistas de la Revolución cubana.

Desde Canadá Heydi Trampo, la coordinadora de la Red Sindical Solidaridad Cuba Canadá pidió: “levantémonos en defensa de Cuba”. Y de hecho los invitados dejaron sus asientos para gritar la consigna “Let´s stand in the defense of Cuba” con los puños apretados.

¿Cuánto más hacer? Fue la pregunta repetida por muchos de los amigos. Quizás la respuesta está en la necesidad de mantener un foro permanente para llegar al pueblo trabajador norteamericano. Hacerlo implicar en aunar esfuerzos y multiplicar iniciativas, como la “Campaña Internacional de envío de tarjetas”.

Con la intención de inundar la Casa Blanca para reclamar el regreso de Los Cinco antiterroristas cubanos prisioneros injustamente en cárceles norteamericanas ya se imprimieron 50 mil tarjetas.

Cada una de ellas lleva la firma de amigos del mundo junto a un mensaje que se repite: “Presidente Obama, premio Nobel de la Paz, estamos esperando su firma.”

Un encuentro estremecedor, entre sindicalistas internacionales, intelectuales, obreros, todos amigos que confirman una realidad innegable, “Cuba no está sola”.

Agencia Cubana de Noticias