El primer ministro de Luxemburgo, Jean-Claude Juncker, se negó ante la Cámara de diputados a renunciar a su cargo, el 10 de julio de 2013, a raíz de la publicación del informe de la Comisión Investigadora del Parlamento sobre el Servicio de Inteligencia del Estado [cf. documento adjunto].

El informe resalta la responsabilidad de Jean-Claude Juncker como primer ministro ante las derivas del Servicio de Inteligencia del Estado que, entre otras cosas, procedió ilegalmente a fichar a 3 quintas partes de la población de Luxemburgo y a la realización de diversas operaciones de espionaje y chantaje.

En el Gran Ducado de Luxemburgo, la red stay-behind denominada Gladio fue disuelta oficialmente en 1990 –al igual que en otros Estados de Europa Occidental– y supuestamente había cesado totalmente sus actividades –al contrario de lo que ha podido observarse en otros países.

Sin embargo, los responsables del servicio de inteligencia de Luxemburgo siguieron espiando ilegalmente a toda una serie de personalidades, por razones de índole privada y sin que ello motivara la intervención del primer ministro. El director de operaciones pudo así crear una firma de inteligencia económica llamada Sandstone, que utilizaba los medios del Estado para realizar su actividad privada de investigación.

Como primer ministro desde hace 18 años, Jean-Claude Juncker es el jefe de gobierno electo que más tiempo ha ocupado ese cargo a nivel mundial. Fue gobernador (o sea administrador) del Banco Mundial y del FMI (Fondo Monetario Internacional) y presidió el Eurogrupo de 2005 a 2013.

Para más información, ver:
 «La guerra secreta en Luxemburgo», por Daniele Ganser, Red Voltaire, 2 de agosto de 2013.

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