El presidente Obama designó, el 6 de diciembre de 2014, a Ashton Carter como nuevo secretario de Defensa.

En su calidad de alto funcionario que ha trabajado con numerosos secretarios de Defensa, Ashton Carter ha desempeñado un papel central en la compra de equipamiento. Incluso dirigió el programa del F-35, un proyecto de avión de guerra supuestamente capaz de realizar cualquier tipo de misión con un financiamiento mínimo pero cuya versión definitiva ni siquiera existe todavía a pesar de que el proyecto ya se ha tragado… ¡160 000 millones de dólares! [1]

La nominación del señor Ashton Carter ha encontrado una acogida tan calurosa como unánime entre las grandes firmas estadounidenses que se dedican a la fabricación de armamento.

Politico revela que Ashton Carter, a pesar de su condición de alto funcionario gubernamental, es también consejero de SBD Advisors, una firma de consejería estratégica que se jacta de trabajar desde la sombra [2].

Otra característica de Ashton Carter es que siempre ha apoyado muy tempranamente los proyectos de guerra que el grupo de presión militaro-industrial ha ido imponiendo sucesivamente a la opinión pública estadounidense. Basta con recordar que ya en 1996 Ashton Carter aconsejaba atacar Irak e Irán y que en 2006 proponía atacar Corea del Norte.

La nominación de este individuo confirma nuestro análisis [3]:
 la Casa Blanca ya no tiene política de defensa y pone el Pentágono en manos de simple administrador que no tendrá ninguna autoridad, ni para reformar el sistema ni para elaborar ningún tipo de estrategia;
 el general David Petraeus (ex jefe de la CIA y artífice de la guerra secreta contra Irak y Siria) conserva su influencia ya que Ashton Carter está en realidad muy vinculado a él.

[1«El avión de combate F-35, la estafa del siglo», Red Voltaire, 1º de mayo de 2014.

[2Ash Carter an adviser at ‘stealth’ consulting firm”, Austin Wright, Politico, 4 de diciembre de 2014.

[3«¿Todavía tiene Obama una política militar?», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 1º de diciembre de 2014.