Memorias para un país desmemoriado

Nicanor Mujica Alvarez Calderón
Auto/biografía
Memorias para un país desmemoriado

Mi asombro y placer ante la lectura de textos de Nicanor Mujica Alvarez-Calderón ya lo he expresado en las páginas anteriores. Sobre la organización de estas páginas, sobre su orden interno, tengo una hipótesis. Creo que Francois ha considerado insuficiente publicar las páginas de su padre en tanto memorias o un cuerpo antológico. Por sí solas acaso no habrían sido entendidas. Los abismos entre generaciones, la mala fe, lo mucho y contradictorio que se ha dicho del aprismo, no prepara para nada a una lectura sobria y sin a priori. En el caso de Nicanor Mujica Alvarez-Calderón no estamos ante un aprista más, sino ante uno de los fundadores. Seamos francos, no han llegado para el Perú los tiempos calmos y ecuánimes que permitan una lectura directa y sin mayores explicaciones. El autor sabe que la imparcialidad no existe en nuestro país en materia de textos ideológicos y políticos. Menos con el aprismo de los años 30. Sabe, además, que varias promociones de escolares no conocen la historia del Perú, no digo la historia política, ni conocen la elemental sucesión de presidentes en el siglo XX, privados de cursos de historia desde los años 80. Entonces, no hay más remedio que librar los textos originales, pero acompañados de un cuidadoso y extenso contexto.

En pocas palabras, Mujica hijo, es el Virgilio de la Divina Comedia que acompaña al lector -en particular si es joven- en esta visita dantesca a los infiernos y purgatorios peruanos que la ñoñez reinante quiere olvidar y ocultar. Si esa ha sido la intención, no hay duda que ha tenido razón. Nicanor Mujica Alvarez-Calderón es presentado y explicado paso por paso. Es un torrente de información lo que nos ha dejado el Embajador y senador Mujica, pero es necesario la contextualización que ha elaborado su hijo. Lo que los hace doblemente inteligibles a esos textos. Por momentos cartas, por momentos ensayos breves y fulminantes. Pesan los contenidos, pesan las circunstancias. No están deshistorizados.