Un patán no da amor

¨El amor consiste en sentir que el ser sagrado late dentro del ser querido¨.
Platón.

En aforismos más neutrales muchos hombres, pocos caballeros, aquellos que no se hacen a partir de victorias fáciles sino en base a grandes derrotas.

Dentro de unos días llegará el tercer día más esperado del año, después del Día de la Madre y de la noche de Navidad, el singular día de: San Valentín, el motor más grande de energía mundial, el Día del Amor.

Para estos tiempos es importante, a modo de catarsis, comentar un poco sobre cómo saber si aquél que ha robado nuestro corazón, es más que un macho con vellos en el pecho que habla bonito y mientras te mira a ti mira a mil más, aquél que guarda algunos teléfonos de sus amantes con nombres creativos como: Aníbal arquitecto, doctor Castro, Estudio de Abogados Paz, y en realidad son Aní, Verónica y Paz, simples y sencillos hasta para engañar, son así, no se complican y ¿para qué?, aquellos que pretextan que deben viajar por emergencia por temas de trabajo y claro, tremenda faena que se mandan en sus tramposas escapadas. Es quien te convencerá que debe ir a dormir temprano y que no podrá verte porque deberá asistir a una reunión muy importante con el representante de la ONU y al terminar de hablar contigo, se alistará para salir de noche parrandera con sus amigas llegadas del extranjero y sí claro esto es un perfil de un típico patán, pero ¿cómo saber que amas a un hombre de verdad, uno que te respete y que te quiera y que se refugie sólo en tu bendito corazón?

El patán te dirá: ¿no habías empezado la dieta hace unas semanas?, pero el hombre con sutileza comentará: me gustas más ahora que puedo sentir en esencia plena tus formas, tu carnalidad.

El patán es aquel que, así seas una inocente quinceañera, te hará sentir la más vieja de las mujeres de esta humanidad, si eres bonita te convencerá que eres la más horrorosa de las criaturas, si la naturaleza te regaló figura escultural, te hará sentir una maja de Botero, una gordita cualquiera y hasta que llegues a creértelo no va a darse por vencido, si fueras la más inteligente de tu género te dirá que eres más bruta que aquella Miss Universo que se confundió con un chino y japonés y entre tanto barullo olvidó a Confucio.

Si tienes tus propios medios y recursos y eres independiente y sobria en tu economía te dirá que eres una mediocre de clase media; si eres buena en tu profesión, su comentario será que no te ve futuro alguno en nada que emprendas; si tuviste un par de novios antes que él, su comentario ácido siempre te hará sentir la más fácil de la Tierra, que eres peor que una cortesana; si eres casi perfecta buscará, como sea y donde sea, las várices, cicatrices, pecas, arrugas, espinillas, los pies feos, celulitis y estrías para apuñalar; si te maquillas, te dirá que sólo las feas necesitan pintar su rostro al estilo de Picasso y si no te pintas te recordará que no eres tan bella como para no hacerlo; si tu piel es pálida, escarnecerá de tu condición dérmica y sus piropos serán siempre peyorativos y mordaces.

El patán tratará de controlar tu forma de vestir, ser sobrias, clásicas, de estilo serio y lúgubre es lo que debe prevalecer, si cocinas muy bien, te va a comparar siempre con su madre y de esa no te escaparás. Y, por supuesto, todo lo bueno, bonito y positivo jamás te lo reconocerá.

Un hombre que te ama, lo hará conforme eres, sin intentar cambiarte, le agradará todo de ti, los defectos, las virtudes, las fortalezas y debilidades, y más que echarte en cara te ayudará a mejorar diciendo todo de manera muy sabia y prudente sin llegar a herirte jamás; si te faltara un brazo, él pondrá el suyo y estará su mano dispuesta para protegerte, si te faltara una pierna, el andará el camino por ti, será tus pies firmes en la Tierra, te acompañará en tu caminata; si te faltara un ojo, él será tu luz y mirada para que no te pierdas en la oscuridad; amará lo que pesas, lo que mides y lo que has vivido; no querrá restar ni un sólo año de tu vida, todo lo contrario va a querer aportar mayor conocimiento, experiencia y solidez.

Y para concluir otro célebre pensamiento de Platón:
¨No hay hombre tan cobarde a quien el amor no haga valiente y transforme en héroe¨.