«El hombre volador encanta París en el desfile del 14 de julio.» Titulares como este describieron ‎el desfile de las fuerzas armadas francesas a lo largo de la avenida de los Campos Elíseos. Como ‎de costumbre, da la impresión de que se ha informado todo, hasta el menor detalle. ‎

Pero la «gran prensa» nos esconde lo más importante. Por ejemplo, nos esconde que, 2 días ‎antes del desfile, el presidente Emmanuel Macron asistió, en el puerto de Cherburgo, a la ‎botadura de un submarino nuclear de ataque, el Suffren, primero del nuevo programa ‎denominado Barracuda, programa de una década que dedicó más de 9 000 millones de euros a la ‎construcción de este submarino. El Suffren, armado con misiles crucero de largo alcance que pueden llevar tanto cargas convencionales como cargas nucleares, dotado además de un ‎minisubmarino para la realización de operaciones de fuerzas especiales, ha sido descrito por el ‎almirante Christophe Prazuck como «un cazador nacido para combatir enemigos». ‎

Entre los 700 invitados internacionales presentes en la ceremonia estaba la ministra de Defensa de ‎Australia, Linda Reynolds, quien firmó en febrero un contrato para la compra de 12 submarinos ‎franceses de ataque. Y en Australia se discute en este momento la posibilidad de que ese país ‎abandone el Tratado de No Proliferación nuclear para dotarse de su propio arsenal nuclear. ‎

Australia, país socio de la OTAN, es contraria al Tratado sobre la Prohibición de las Armas ‎Nucleares, aprobado por la Asamblea General de la ONU con 122 votos a favor, en julio ‎de 2017. Ese Tratado ha sido firmado hasta el momento por 70 países pero lo han ratificado ‎sólo 23 –como Austria, Cuba, México, Nueva Zelanda, Sudáfrica y Venezuela–, o sea menos de la ‎mitad de los 50 que deberían ratificarlo para que entre en vigor. ‎

Suecia, que aprobó ese Tratado en 2017, anuncia ahora que ya no lo firmará, decisión que ‎se debe a las presiones de la OTAN, feroz enemiga de la prohibición de las armas nucleares. ‎

Mientras que el desarme nuclear sigue siendo sólo un poco de tinta sobre papel, la posibilidad de ‎proliferación del arma nuclear va en aumento y la carrera armamentista pasa cada vez ‎más decidamente al plano cualitativo. Así lo confirma el anuncio que hizo, la víspera del desfile ‎militar del 14 de julio, el propio presidente francés Emmanuel Macron. ‎

Francia creará en septiembre un «mando militar del espacio», con un primer financiamiento ‎ascendente a 3 600 millones de euros para 6 años. «La nueva doctrina espacial militar que ‎me propuso la ministro y que yo aprobé, permitirá garantizar nuestra defensa del espacio y en el ‎espacio», declaró el presidente Macron. [1]

Se intensifica así la militarización del espacio, área de creciente importancia estratégica debido ‎al hecho que los principales sistemas de armas, comenzando por el armamento nuclear, dependen ‎de sistemas espaciales. ‎

Con su nuevo mando espacial, Francia sigue los pasos de Estados Unidos. El presidente Trump ‎firmó en febrero una directiva que instituye la US Space Force, fuerza a cargo de las ‎operaciones militares de Estados Unidos en el espacio y que estará dirigida principalmente ‎contra Rusia y China.

Al poner la nueva fuerza en manos de la fuerza aérea, la comisión del ‎Senado estadounidense a cargo de los servicios armados definió el espacio como un «área de ‎conducción de la guerra». Todos los encuentros que Naciones Unidas promovió en marzo para ‎impedir la carrera armamentista en el espacio fracasaron debido a la oposición de ‎Estados Unidos, país que rechaza la apertura de una negociación para discutir un esbozo de ‎tratado, presentado por China y Rusia, que prohibiría el despliegue de armas en el espacio e ‎impondría una serie de límites legales al uso del espacio con fines militares. ‎

Mientras la atención de los medios de prensa se concentra en el «hombre volador» y sus ‎piruetas sobre los Campos Elíseos, nadie nos dice que dentro de poco habrá armas nucleares ‎en órbita alrededor de la Tierra, sobre nuestras cabezas. ‎

Fuente
Il Manifesto (Italia)

[1El presidente de Francia dijo exactamente: «La ‎nouvelle doctrine spatiale militaire, qui m’a été proposée par la ministre et que j’ai approuvée, ‎permettra d’assurer notre défense de l’espace et par l’espace. Nous renforcerons notre ‎connaissance de la situation spatiale, nous protégerons mieux nos satellites, y compris de manière ‎active. Et pour donner corps à cette doctrine, pour assurer le développement et le renforcement ‎de nos capacités spatiales, un grand commandement de l’espace sera créé en septembre prochain ‎au sein de l’armée de l’air. Celle-ci deviendra, à terme, l’armée de l’air et de l’espace. Les ‎nouveaux investissements indispensables seront décidés», o sea “La nueva doctrina espacial ‎militar, que la ministro me propuso y que yo aprobé, permitirá nuestra defensa del espacio y por ‎el espacio. Fortaleceremos nuestro conocimiento sobre la situación espacial, protegeremos mejor ‎nuestros satélites, incluso de manera activa. Y para dar cuerpo a esa doctrina, para garantizar el ‎desarrollo y fortalecimiento de nuestras capacidades espaciales, un gran mando del espacio será ‎creado en septiembre próximo en el seno de la fuerza aérea. Esta última se convertirá, ‎en definitiva, en fuerza aérea y del espacio. Se decidirán las nuevas inversiones ‎indispensables.”