Daniele Ganser
Historiador suizo, especialista en relaciones internacionales contemporáneas. Sus trabajos acerca de las redes Gladio en Europa y de los ejércitos secretos de la OTAN ligados a los neonazis y otros movimientos fascistas le valieron un gran reconocimiento académico. Se dedica a la enseñanza en la universidad de Basilea, Suiza.

La prensa mainstream se empeña en presentar la OTAN como una alianza militar puramente defensiva obligada a enfrentar la amenaza de una Rusia cada vez más agresiva. En el semanario suizo Horizons et débats, tres personalidades europeas resaltan que la verdadera amenaza para la paz mundial proviene precisamente de la OTAN y detallan las razones que hacen de la alianza atlántica un bloque militar belicista, por demás al servicio de intereses espurios.

En 1967, Estados Unidos no vaciló en orquestar el derrocamiento del gobierno legítimo y mayoritario de Grecia por una camarilla militar extremadamente minoritaria para mantener así el orden liberal. Pero el objetivo de Estados Unidos no era impedir que Grecia pasara a la órbita soviética sino conservar el control de los Balcanes. Y con tal de alcanzar ese fin organizó un golpe de Estado que dice mucho sobre lo que Washington entiende por «democracia».

Si bien la existencia del Gladio alemán durante la etapa anterior a la incorporación de Alemania a la OTAN está perfectamente documentada gracias al trabajo de August Zinn, el entonces primer ministro del Estado de Hesse, la acción de esa red a partir de 1955 ha sido objeto de grandes mentiras de Estado. A pesar del descubrimiento de escondites de armas por aquí y por allá, la policía federal nunca investigó seriamente la cuestión y el gobierno federal siempre protegió su secreto.

Noruega es el único Estado miembro del Gladio que llegó a ordenar la realización de un estudio oficial sobre la red de «resistencia anticomunista». Pero el estudio no debía ir más allá del año 1970 para no poner en peligro el sistema. Noruega convenció así a su opinión pública de que era el Estado noruego, y no la OTAN, quien controlaba el ejército secreto. Una manera de legitimar su existencia y de enterrar el asunto.

Ya se había publicado el libro de Daniele Ganser sobre los ejércitos secretos de la OTAN cuando el gobierno de Dinamarca reconoció finalmente la existencia del Gladio en ese país. Pero lo hizo para minimizar la importancia del hecho y presentarlo como uno de los tantos incidentes que caracterizaron la guerra fría. Si no existe hoy en día prueba alguna de la continuación de aquel sistema, lo cierto es que tampoco ha podido comprobarse su disolución definitiva.

Como ya han podido ver nuestros lectores, retomamos durante el verano la publicación por episodios del importantísima estudio del profesor Daniele Ganser sobre el Gladio. El artículo de hoy, sobre Luxemburgo, se basa únicamente en la declaración, en 1990, del primer ministro Jacques Santer. Hemos agregado una actualización sobre las revelaciones de RTL y el juicio contra los autores de atentados con bombas.

No se sabe lo que hizo el Gladio en los Países Bajos. Pero, dado su origen nacional y la independencia que caracterizaba a la red neerlandesa, el gobierno nacional reconoció su existencia sin mucha dificultad a raíz del escándalo italiano de 1990 y creyendo que podría negar su subordinación a la OTAN. Ese error en la estrategia de comunicación permitió comprobar oficialmente en los Países Bajos lo que los demás gobiernos europeos se negaron a confirmar: los ejércitos secretos de la OTAN se dedicaron de hecho a subvertir el orden democrático en Europa Occidental. Y su disolución oficial en 1992 no pasa de ser una cortina de humo.

El estudio de las redes «stay behind» en Bélgica resulta esclarecedor en cuanto a varios aspectos de la organización del Gladio a nivel internacional. La OTAN creía tener derecho a hacer cualquier cosa en el país que alberga su sede y ordenó sangrientos atentados que dieron lugar a la creación de comisiones investigadoras en el parlamento belga. En vez de colaborar con los representantes de su propio pueblo, las autoridades militares de Bélgica prefirieron obedecer a una autoridad extranjera, pero varios miembros del Gladio confesaron y proporcionaron información capital.

El Gladio tenía una base eficaz en el Portugal de Salazar. Aunque su funcionamiento se conoce sólo de forma indirecta, a través de las investigaciones italianas, el historiador Daniele Ganser ha logrado determinar el papel que desempeñó el Gladio en Portugal y en las colonias africanas de ese país. El Gladio hizo posible que la OTAN, lejos de conformarse con asesinar a los opositores de Salazar, atacara también a líderes revolucionarios de primera línea, como Amílcar Cabral.

Al terminar la Segunda Guerra Mundial, Washington y Londres, que no habían tenido el menor escrúpulo en permitir que el general Franco acabara con la República Española, tampoco tuvieron el menor reparo en establecer una alianza con el Caudillo. Madrid se convirtió en la base de retaguardia de diversas organizaciones criminales y en Las Palmas incluso se abrió un centro de entrenamiento para la guerra secreta. Como la dictadura franquista se mantenía en el poder únicamente gracias al apoyo de los anglosajones, todos los miembros de su gobierno provenían del Gladio. Al morir el Caudillo, la condición previa del tránsito hacia la democracia fue que se mantuvieran las bases militares estadounidenses en España y que el país se incorporara a la OTAN. El Gladio pasó entonces a la clandestinidad, sin abandonar por el (...)

Si existe en Francia un secreto bien guardado es sin dudas el de la sangrienta guerra que los servicios secretos anglosajones libraron a lo largo de 60 años en París por el control de la vida política de la nación. Al revelar las peripecias de este enfrentamiento histórico, el historiador suizo Daniele Ganser subraya el papel del general Charles de Gaulle y sus seguidores en el proyecto nacional francés. Inicialmente respaldado por la CIA para regresar al poder, Charles de Gaulle llega después con sus ex compañeros de armas comunistas de la Resistencia a un consenso sobre la cuestión de la descolonización y acaba expulsando a la OTAN del territorio francés. Todo ello dará lugar a un conflicto interno en el seno de las estructuras secretas del Estado francés, conflicto que no ha terminado (...)

Estados Unidos, el país que se presenta como el gran defensor de la democracia, organizó fraudes electorales en Italia, así como dos golpes de Estado invisibles y no vaciló en hacer ejecutar al primer ministro italiano Aldo Moro. En esta sexta parte de su estudio sobre el Gladio, el historiador suizo Daniele Ganser explica cómo Washington controló la vida política en Italia, a espaldas de los italianos, a lo largo de 50 años.

Los recientes secuestros perpetrados en Europa y el escándalo de los vuelos secretos ordenados por la administración de Bush demuestran la vigencia del “gobierno de las sombras”, instaurado por la OTAN, la CIA y el Servicio de Inteligencia Secreto. Dieciséis miembros de la alianza militar atlántica avalaron ese régimen extralegal y la guerra clandestina desarrollados durante la Guerra Fría en el occidente europeo

“Todo el asunto del stay-behind no tenía, a mi modo de ver, otro objetivo que garantizar, en caso de que sucediese lo peor, que un partido comunista llegaba al poder, que hubiese agentes para avisarnos, para seguir de cerca los hechos e informarnos”, tuvo que reconocer Ray Cline, uno de los directores adjuntos de la CIA. Sin embargo, las investigaciones de Ganser revelan que también tenían otros objetivos: el sabotaje y el terrorismo ante cualquier “amenaza” de izquierda

En la lucha contra el comunismo, la OTAN cometió actos terroristas en el propio Reino Unido (atentados bajo bandera falsa y asesinatos de republicanos irlandeses), en Europa continental (principalmente en Francia, en los países del Benelux, en los países nórdicos y hasta en la neutral Suiza), así como en África y Asia (por ejemplo, para dirigir la masacre de las poblaciones francófonas que cometieron los Khmers rojos en Cambodia). Los gobernantes siempre supieron de las operaciones clandestinas
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