¿Qué esperaban los rusos? Desde el inicio, se sabía que su amenaza de cortar el suministro de gas a Ucrania tendría un efecto negativo para ellos también. En primer lugar, porque es muy difícil llevar a vías de hecho su amenaza. El 90% del gas ruso en dirección a Europa Occidental pasa por Ucrania. Todo lo que los ucranianos tienen que hacer en caso de bloqueo, es desviar el gas ruso destinado a Europa Occidental afirmando que les compete ese derecho.
La única explicación es, por lo tanto, que la amenaza no tenía una finalidad comercial, sino que era un castigo a Ucrania por la política prooccidental de Víktor Yushchenko. Esa no es una buena política ya que su única consecuencia es debilitar la imagen de Rusia como proveedor confiable de gas, un sector donde la imagen es vital.
Incluso durante la era soviética, la URSS estaba considerada como un socio confiable a nivel del suministro de gas. El paso de Rusia al capitalismo tranquilizó todavía más a Europa que continuó entonces desarrollando el consumo de gas para su energía. El Reino Unido siguió el mismo camino, y el sector energético británico pasó del 1 ó 2% de consumo de gas en 1980 al 30% en la actualidad. Por consiguiente, hoy día Londres depende también de Rusia. El gas proveniente del Golfo podría servir de sustituto, pero también puede faltar. Felizmente, Noruega descubre cada vez más reservas de gas.

Fuente
Japan Times(Japón)
El más antiguo diario en lengua inglesa en el Japón, fundado en 1897.

«Gas as a weapon of choice», por David Howell, Japan Times, 13 de enero de 2006.