Ya comenzó la explotación del yacimiento de gas natural de Tamar, que debe proporcionar gas a Israel a finales de 2012.

El reciente descubrimiento de varios yacimientos de petróleo y gas, cuyas proporciones más que importantes son verdaderamente enormes, situados en una zona del Mediterráneo que había permanecido poco explorada (entre Grecia, Turquía, Chipre, Israel, Siria y el Libano), indica que la región puede llegar a convertirse en un «nuevo Golfo Pérsico». Como ya sucedió con el «otro» Golfo Pérsico, el descubrimiento de dichas riquezas puede convertirse en una verdadera maldición geopolítica para la región.

Nuevas luchas por el acceso al petróleo y el gas del Mediterráneo oriental, de la cuenca del Levante y del Mar Egeo podrían reemplazar en poco tiempo los conflictos históricos del Medio Oriente. En este trabajo estudiaremos primeramente las consecuencias del descubrimiento de un gigantesco yacimiento marítimo de gas y de petróleo frente a la costa de Israel. En un segundo artículo veremos las implicaciones de los descubrimientos de gas y de petróleo en el Mar Egeo, entre Chipre, Siria, Turquía, Grecia y Líbano.

Un leviatán israelí

Lo que provocó el gran cambio fue un espectacular descubrimiento en la zona que los geólogos designan como la cuenca del Levante. En octubre de 2010, Israel encontró un gigantesco megayacimiento marítimo de gas natural en lo que Tel Aviv considera como su Zona Económica Exclusiva (ZEE).

Este yacimiento se halla 135 km al oeste del puerto de Haifa y a 5 km de profundidad. Se trata de un bolsón llamado «Leviatán», nombre que hace referencia a un monstruo marino bíblico. Con la cooperación de la compañía texana Noble Energy, tres compañías israelíes del sector de la energía anunciaron estimados preliminares del orden de unos 450,000 millones de metros cúbicos —lo que hace de este yacimiento de gas en aguas profundas el más importante descubierto en los últimos años. Este descubrimiento desacredita aún más las teorías malthusianas sobre el «pico petrolero», teorías que afirman que el planeta está a punto de sufrir una terrible escasez estructural de petróleo, gas y carbón. Para tener una idea de la importancia de este descubrimiento, basta con decir que el yacimiento de gas Leviatán parece contener reservas suficientes para garantizar el aprovisionamiento de Israel durante un siglo  [1].

Desde la fundación del Estado de Israel, en 1948, la autonomía energética fue algo inimaginable para Tel Aviv. Importantes trabajos de búsqueda de petróleo y gas tuvieron lugar repetidamente, pero sin resultado. Al contrario de sus vecinos árabes ricos en fuentes de energía, Israel no había tenido suerte en ese aspecto. Sin embargo, en 2009, Noble Energy, el socio estadounidense de Israel en materia de prospección, encontró el yacimiento de Tamar en la cuenca del Levante, unos 80 km al oeste del puerto de Haifa, yacimiento que contiene alrededor de 238,000 millones de metros cúbicos de gas natural de la más alta calidad. Tamar fue el mayor descubrimiento mundial de gas del año 2009.

En aquel entonces, el total de las reservas israelíes de gas estaba estimado en sólo 45,000 millones de metros cúbicos. Los estimados de Tel Aviv preveían que el yacimiento de Yam Tethys, que produce cerca del 70% del gas natural de Israel, debía agotarse en los 3 años siguientes.

Gracias al yacimiento de Tamar, las perspectivas mejoraron ampliamente. Después, en sólo un año, Noble Energy hizo el descubrimiento más importante de toda su historia, desde su creación, varias décadas antes, al encontrar el yacimiento Leviatán, también en la misma cuenca geológica del Levante  [2]. En lo tocante al gas, Israel pasó del hambre a la opulencia en unos pocos meses.

Con los descubrimientos de los yacimientos Tamar y Leviatán, Israel comenzó a preguntarse cómo podía convertirse en una nación de primer plano en materia de exportación de gas natural y también cómo podía llegar a cobrar impuestos sobre los ingresos de la producción de petróleo y de gas para conformar así un fondo soberano que invirtiera en la economía nacional a largo plazo, como hacen China y numerosos países árabes de la OPEP  [3].

«La zona de la cuenca del Levante se parece a las grandes regiones de explotación del mundo entero», subrayó un vocero del Programa de Recursos Energéticos del Instituto de Estudios Geológicos de Estados Unidos (US Geological Survey o USGS), «sus recursos en gas son más importantes que todo lo que hayamos visto en Estados Unidos»  [4].

Presintiendo quizás que estos importantes descubrimientos de hidrocarburos podían trastornar los equilibrios geopolíticos en toda la región, el USGS inició un primer estimado de las reservas de petróleo y gas de la región del Mediterráneo oriental (que incluye la cuenca del Egeo frente a las costas griegas, turcas y chipriotas, la cuenca del Levante frente a las costas del Líbano, Israel y Siria y la cuenca del Nilo frente a las costas egipcias). Decir que sus conclusiones fueron impresionantes sería un eufemismo.

Basándose en los datos de las perforaciones anteriores y en estudios geológicos realizados en la región, el USGS concluyó que «los recursos petrolíferos y gasíferos de la cuenca del Levante se estimaban en 1,68 millardos de barriles de petróleo [1 millardo = mil millones] y 3,450 millardos de metros cúbicos de gas». Además, según sus estimados, «los recursos no descubiertos de petróleo y gas de la provincia de la cuenca del Nilo (delimitado al oeste por el cono del Nilo, al norte por Estrabón, al este por las fallas de Piteos y de Chipre y al sur por la cuenca del Levante) se calculan en cerca de 1,7 millardos de barriles de petróleo y 6,850 millardos de metros cúbicos de gas natural»  [5].

Para todo el conjunto del Mediterráneo oriental, el USGS evaluó el total en 9,700 billonesde metros cúbicos de gas y en 3,4 millardos de barriles de petróleo. La región se ve bruscamente enfr entada a potenciales conflictos totalmente nuevos y ante una serie de desafíos geopolíticos.

Para tener una idea de lo que representan esas cifras, el USGS estima que la cuenca de Siberia occidental –la mayor cuenca de gas conocida hoy en día– contiene 18,200 millardos de metros cúbicos de gas. El Medio Oriente y Africa disponen además de varias regiones ricas en gas natural, incluyendo la cuenca del Rub Al-Khali (con 12,062 millardos de metros cúbicos de gas) en el sudeste de Arabia Saudita y Yemén del Norte, alrededor de Ghawar (Great Ghawar Uplift) en el este de Arabia Saudita (con 6,427 millardos de metros cúbicos) y en la cadena de Zagros (6,003 millardos de metros cúbicos) a lo largo del Golfo Pérsico y en Irán  [6].

Unos meses antes, la prioridad de Israel en términos de seguridad nacional era garantizar el aprovisionamiento desde el exterior, ante la inquietante disminución de su propia producción de gas. A esta crisis energética se agregaban por entonces las manifestaciones de la supuesta «primavera árabe », que sacudieron Egipto y Libia a principios de 2011. Las manifestaciones dieron lugar al derrocamiento del presidente Mubarak, cuyo régimen garantizaba cerca del 40% del gas natural que consumía Israel. Este factor, junto con el levantamiento de la prohibición de los partidos en Egipto, esencialmente de la Hermandad Musulmana y del partido salafista radical Al-Nour, más los repetidos atentados e interrupciones contra el gasoducto que conduce el gas egipcio hasta el territorio israelí –la más reciente de las interrupciones tuvo lugar en enero de este mismo año en el norte del Sinaí– tenían que acabar forzosamente inquietando a Israel en lo tocante al futuro de su seguridad en el plano energético  [7].

La reacción libanesa alimenta nuevas tensiones

El descubrimiento del yacimiento Leviatán frente a las costas israelíes desencadenó de inmediato un nuevo conflicto geopolítico al señalar el Líbano que parte de ese yacimiento se encuentra dentro de las aguas territoriales de su propia Zona Económica Exclusiva. El Líbano presentó su reclamación a la ONU, basándose para ello en la presentación de una serie de mapas. La respuesta del ministro israelí de Relaciones Exteriores Lieberman fue la siguiente: «No cederemos ni una pulgada».

Lo sorprendente en el panorama energético mediterráneo es el hecho que Israel, al igual que Estados Unidos, nunca ratificó la Convención de la ONU sobre el Derecho del Mar, documento que legaliza los derechos mundiales sobre los recursos marítimos. Los pozos israelíes de extracción del gas del yacimiento Leviatán están claramente situados en territorio israelí, algo que la parte libanesa no pone en duda. El Líbano estima en cambio que el yacimiento se adentra también en las aguas territoriales libanesas. El Hezbollah afirma que el campo gasífero de Tamar, que debe comenzar a producir antes de finales de este año, pertenece al Líbano.

Washington no ha perdido tiempo en poner sobre la mesa su propia carta de política energética en lo concerniente al diferendo entre el Líbano e Israel en materia de gas natural. En julio de 2011, mientras Israel se preparaba para presentar a la ONU su propia proposición sobre la línea de demarcación marítima entre el Líbano e Israel, el diplomático estadounidense Frederic Hof, a cargo de Siria y el Líbano, declaró que su administración respaldaba el documento libanés, agravando así las tensiones existentes desde el comienzo de la «primavera árabe» entre el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu y el presidenteObama  [8].

Benjamin Netanyahu ha recurrido a Sheldon Adelson para financiar a los republicanos e impedir un segundo mandato de Barack Obama.

Netanyahu parece haber exhortado hace poco al octavo personaje más rico de Estados Unidos, su cercano amigo y multimillonario de los casinos de Las Vegas Sheldon Adelson, a inyectar directamente varios millones de dólares en las campañas electorales de los republicanos, incluyendo a Newt Gingrich y Mitt Romney. Lo anterior constituye una intervención sin precedentes de Israel en la campaña electoral estadounidense, intervención tendiente a impedir un segundo mandato de Obama  [9]. Las nuevas interrogantes vinculadas al control de las grandes reservas energéticas descubiertas frente a las costas de Israel y del Líbano, y frente a las costas chipriotas, griegas y turcas, van a desempeñar un papel cada vez más importante en una región que ya se consideraba una de las más complicadas del mundo en el plano político.

(Continuará...)

El próximo artículo abordará otras complicaciones vinculadas al descubrimiento de nuevos yacimientos de petróleo y gas en el Mar Egeo.

[1«Big Gas Find Sparks a Frenzy in Israel», por Charles Levinson y Guy Chazan, The Wall Street Journal, 30 de diciembre de diciembre de 2010.

[2«Israël: Leviathan détient plus de gaz que précédemment estimé» Offshore Energy Today, 19 de diciembre de 2011.

[3«Israël a assez de gaz pour devenir exportateur», AFP, 29 de diciembre de 2010.

[4US Department of the Interior, «Assessment of Undiscovered Oil and Gas Resources of the Levant Basin Province, Eastern Mediterranean», US Department of the Interior, U.S. Geological Survey Fact Sheet 2010–3014, marzo-abril de 2010.

[5Ibid.

[6Ibid.

[8«US Backs Lebanon on Maritime Border Dispute with Israel», por Barak Ravid, Haaretz, 10 de julio de 2011.

[9«Sheldon Adelson Probe: Donations From Casino Owner Could Embarrass Republican Candidates», Reuters, 8 de febrero de 2012. Para más información sobre los vínculos entre Adelson, Gingrich, Romney y Netanyahu ver «The Bibi Connection», por Max Blumenthal, Al-Akhbar.com, 12 de enero de 2012.