La fiesta nacional de Francia, celebrada el 14 de julio de 2013, se desarrolló alrededor de un desfile realizado en la célebre avenida parisina de los Campos Elíseos con la participación de las fuerzas armadas, la policía y el servicio cívico, alrededor del tema del servicio a la Nación y en presencia del secretario de la ONU y de los presidentes de Malí y de Croacia.

Al final del desfile, el presidente Francois Hollande abandonó la tribuna presidencial para saludar personalmente a los jóvenes miembros del servicio cívico así como a diversas autoridades y las familias de los heridos de guerra. El presidente Hollande fue seguido constantemente por su pareja Valerie Trierweiler, lo cual constituye una innovación en ese tipo de actividad ya que nunca, en toda la historia de la República Francesa, la esposa de ningún presidente había participado junto a su esposo en ese tipo de ceremonia oficial.

Poco después, el presidente de la República fue entrevistado, en el Palacio del Elíseo, por los canales de televisión TF1 y France 2 [1]. Como un alumno aplicado, Francois Hollande comentó extensamente su propia acción en busca de una reanimación de la economía francesa. El presidente reafirmó su confianza en una eventual mejoría de la situación económica del país para el año próximo.

Sin embargo, la prensa francesa se interroga sobre la justificación de esa convicción del presidente y estima que Francois Hollande se entregó en la entrevista a un ejercicio de auto persuasión.

Los expertos de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) prevén, por su parte, la continuación de la actual recesión en Francia.

[1«Entretien de François Hollande pour la fête nationale française», por François Hollande, Réseau Voltaire, 17 de julio de 2013.