Luego de 23 años, el hallazgo de 28 millones de barriles de petróleo triplicará las reservas de hidrocarburos líquidos de la nación, de 16 a 44 millones de barriles.

Especialmente, el departamento de Santa Cruz recibirá ganancias por unos 297 millones de dólares, sólo por concepto de impuestos directos a los hidrocarburos (IDH) y regalías.

De acuerdo con datos estadísticos de la empresa, el pozo llamado Boquerón 4 tiene una profundidad de 2 mil 500 metros y generará en los próximos 10 años más de 1 mil 700 millones de dólares para el pueblo boliviano, particularmente para el municipio de Yapacaní, la región productora.

El presidente de YPFB, Guillermo Achá, afirmó en su inauguración que para 2025, durante su primera década de explotación, recopilarán 383 millones de dólares de renta petrolera, 402 millones por IDH y tendrán un ahorro neto de 917 millones de dólares en la subvención al diésel.

Basado en un análisis de destilación, el directivo aseguró que el 50 por ciento del petróleo encontrado allí puede convertirse en diésel por su condición pesada, y el otro 50 por ciento en gasolina o gas licuado de petróleo (LP).

Además, dijo, se proyecta la ejecución de inversiones del orden de 220 millones de dólares para iniciar la producción de 5 mil 500 barriles diarios de petróleo a principios de la gestión en 2017, con un total de 25 pozos.

“Este descubrimiento, este triunfo de los petroleros bolivianos es un beneficio total para el país, principalmente para los santacruceños, no sólo por su trabajo y ahínco, sino también por la nacionalización de los hidrocarburos ejecutada el 1 de mayo de 2006 por nuestro presidente Evo Morales”, aseveró Achá.

La afirmación se fundamenta en que durante la capitalización de la empresa en 1996 por el expresidente Gonzalo Sánchez de Losada, YPFB fue literalmente desmantelada en empresas privadas (Andina, Chaco, Petrobras y Transredes), capitalizadas por la trasnacional estadunidense Enron. Dichas empresas, entonces, apenas le pagaban al país un 18 por ciento en conceptos de regalías, situación que creó malestar en la sociedad, y que posteriormente dio al traste con los sucesos de 2003, cuando el pueblo protestó en las calles y fue reprimido brutalmente por la policía.

Los enfrentamientos de febrero y octubre de ese año dejaron un saldo de 70 muertos y cientos de heridos, que provocaron la renuncia de Sánchez de Lozada y su fuga hacia Estados Unidos.

Tres años después, con la llegada al poder de Morales todo cambió, se nacionalizaron los hidrocarburos, se refundó YPFB y se establecieron nuevos contratos con las compañías petroleras, que aceptaron que el 82 por ciento de las regalías serían netamente para el Estado boliviano.

De ahí que los ingresos para YPFB, por el nuevo volumen, serán directamente reinvertidos en este departamento productor de petróleo.

Según la directiva de la empresa, el volumen de recursos estimados en el Campo Boquerón Norte puede incrementarse si los resultados de los próximos pozos de igual forma son positivos.

Para el pozo Boquerón Norte se estima un volumen de producción de diésel de poco más de 13 millones de litros por mes y 6 millones de litros de gasolina especial cada 30 días.

En concreto, el país dejará de importar, en cuanto comience a producir este pozo, 158 millones de litros por año en la primera década de producción del campo, lo que representa un ahorro neto para el erario de 917 millones de dólares, destinados por ley a la subvención de carburantes.

Actualmente la empresa YPFB opera dos potentes refinerías en Cochabamba y Santa Cruz, con capacidad disponible de 58 mil 270 barriles de petróleo por día (bpd), 5 mil más que la capacidad de producción de líquidos que ahora aportan los campos bolivianos en plena operación para los próximos 10 años.

Con el aporte Boquerón, asegura la empresa, la producción de líquidos aumentará en unos 5 mil 534 bpd para los primeros 10 años de producción del campo, por lo que podrán alcanzar un volumen de 59 mil 154 bpd de hidrocarburos líquidos para ser procesados propiamente en sus refinerías.

No obstante, Achá resaltó que de confirmarse hasta el fin de gestión mayores volúmenes de reserva en la Refinería Guillermo Elder Bell, de la ciudad de Santa Cruz, se tiene el espacio necesario para pensar en poner en marcha una nueva unidad de proceso.

Para continuar la exploración de los campos en busca del llamado oro negro, YPFB tiene previsto invertir en el próximo quinquenio 9 mil millones de dólares, de los cuales el 60 por ciento será destinado a la exploración y a la explotación de ese combustible.

Antes de que el gobierno nacionalizara los hidrocarburos en 2006, el monto fijado para la exploración de petróleo por los partidos neoliberales era apenas de 240 millones, por lo tanto, aseveró Achá, con esta inversión el crecimiento económico del país será mucho mayor.

La política de nacionalización, remarcó el funcionario, compromete a la empresa a seguir ampliando las reservas y la actividad del hidrocarburo en aras de recuperar los recursos naturales del país.

Fuente
Contralínea (México)