Mientras las fuerzas de la «Coalición Global contra el Estado Islámico» atacan Mosul, más de 14 000 personas han huido de esa ciudad iraquí hacia las ciudades de Raqqa e Idlib, en Siria.

Es la primera vez que se registra un desplazamiento de población hacia zonas bajo control de los yihadistas.

El Emirato Islámico (Daesh) es un producto iraquí. Al planificar la operación destinada a cortar la «ruta de la seda», la CIA decidió incluir en ella 80 000 miembros de la Orden de los Naqchbandis (provenientes principalmente del ejército iraquí anterior a la invasión estadounidense) y 120 000 combatientes de las tribus sunnitas iraquíes a los 50 000 jihadistas del entonces llamado Emirato Islámico en Irak y el Levante (EIIL) [1].

Todavía no se sabe lo que está haciendo realmente la «Coalición Global contra el Estado Islámico» en Mosul. Los únicos periodistas presentes en esa región son los enrolados en las fuerzas de la coalición y sus reportajes están sometidos a la censura militar. No hay periodistas en la ciudad de Mosul.

El único resultado visible de la operación de Mosul es este desplazamiento de población que supuestamente reafirma la adhesión de esos civiles iraquíes a la ideología de la Hermandad Musulmana, además de aumentar el número de extranjeros que ocupan el norte de Siria.