El rey Salman ben Abdelaziz Al-Saud, de 81 años, depuso de todas sus funciones al príncipe Mohammed ben Nayef Al-Saud, de 57 años, quien hasta ahora ostentaba el título de príncipe heredero así como los cargos de viceprimer ministro y ministro del Interior de Arabia Saudita.

De esta manera, el propio hijo del rey, o sea el príncipe Mohammed ben Salman Al-Saud, de 31 años, se convierte, de hecho, en el nuevo príncipe heredero.

El príncipe Mohammed ben Nayef Al-Saud, quien hizo sus estudios en Oregón (Estados Unidos) y posteriormente se formó en el FBI y en Scotland Yard, estaba considerado como el hombre de Estados Unidos en Arabia Saudita y había obtenido resultados en la lucha contra algunos disidentes de al-Qaeda. Su marginación pone fin a las esperanzas de la rama de los Nayef de alcanzar el trono.

Por su parte, el príncipe Mohammed ben Salman carece de formación académica. Detenta, cuando más, un título de bachiller obtenido en una escuela local pero se ignora si ese título realmente corresponde a la realización de verdaderos estudios. Hizo su debut en política como asistente de su padre, el actual rey, cuando este último fue gobernador de Riad y posteriormente ministro de Defensa.

En 2015, cuando el rey Salman accedió al trono, fue su hijo, el príncipe Mohammed ben-Salman, quien se convirtió en ministro de Defensa e implicó al ejército de Arabia Saudita en la agresión contra Yemen, que está resultando desastrosa para las tropas sauditas. Disponiendo del poder real por procuración, el hijo del rey presentó Visión 2015, un amplio proyecto de reforma política que prevé la privatización de ARAMCO –única fuente de divisas de Arabia Saudita– y desarrollar el reino sin contar para ello con la industria del petróleo.

A pesar de lo anterior, el hijo del rey Salman es conocido sobre todo debido a su trayectoria como miembro de la jet set y por la compra del enorme yate Serene (ver foto) en 500 millones de euros.

Todo indica que el rey Salman tendría que abdicar próximamente dejando a su hijo en el poder. Eso resolvería temporalmente la difícil cuestión de la sucesión en Arabia Saudita, donde hasta ahora el trono pasaba a manos del mayor de los hijos del fundador de la dinastía Saud. El actual rey Salman es el 25º de los 53 hijos de Abdelaziz ben Abderrahman Al-Saud, el primer rey de Arabia Saudita.

En enero de 2015, al morir el rey Abdallah, su medio hermano el príncipe Mukrin ben Abdelaziz Al Saud fue nombrado príncipe heredero. Pero 3 meses después, en abril de 2015, fue separado abruptamente del orden de sucesión –algo que nunca había sucedido antes– y reemplazado por el príncipe Mohammed ben Nayef, que ahora acaba de correr la misma suerte.

Como premio de consolación, la rama de los Nayef obtuvo que sea un yerno del príncipe Mohammed ben Nayef quien reemplace a este último como ministro del Interior. Y si se decidió recurrir a un yerno es porque Mohammed ben Nayef no tiene ningún hijo varón.

El nuevo príncipe heredero, de 31 años, podría reinar alrededor de 50 años. Pero si muriera relativamente joven, su sucesor sería su hijo, incluso si aún fuese menor de edad.

La solución adoptada para resolver el problema de la sucesión en Arabia Saudita recibió la aprobación de Estados Unidos y fue adoptada por 31 de los 34 miembros del Consejo de Fidelidad, que en realidad es un consejo de familia de los Saud.

Con esa solución, la sucesión se salta 2 generaciones. De hecho, el príncipe Mohammed ben Salman está poniendo jóvenes a la cabeza de las diferentes administraciones de Arabia Saudita, país donde la edad media de la población es de 27 años.