En estos cónclaves confluyen los representantes de los Organismos Internacionales, los dirigentes regionales de la profesión (Contadores, Administradores, Economistas), e intelectuales de todo el mundo. Cerca de 1.500 participantes de unos cincuenta países en una reflexión diversa de una realidad compleja.

Una complejidad que deviene del papel de la asociación entre EEUU y China como promotores globales de la reactivación productiva y especulativa mundial. No olvidemos que buena parte del déficit fiscal estadounidense se financia con las compras de bonos del tesoro desde Beijing.

En este sentido y para agregar complejidad, el discurso venezolano por un “Socialismo del Siglo XXI” actúa como un disparador estimulante en el pensamiento sobre ¿qué hacer desde los gobiernos, desde los movimientos sociales y los partidos políticos para transformar la realidad? Interrogante que atravesó buena parte de los debates en este VIII Encuentro.

Alcanza con la formulación de medidas que eran parte de los programas de la izquierda en los 50’, 60’ ó 70’, tales como las “nacionalizaciones” o los “controles”; ó la construcción del socialismo requiere de cambios de las relaciones sociales? Es que la experiencia de los nuevos gobiernos emergentes en Sudamérica, tanto Brasil, la Argentina ó Uruguay están dando cuenta de los límites que impone la dominación capitalista para avanzar en el camino de las “reformas”.

Por eso, más allá de la formulación de “programas”, lo que interesa es la constitución de sujetos para la organización de nuevas reglas (relaciones sociales) de funcionamiento económico social.

Uno de los temas claves es la participación popular en la toma de decisiones de los programas de gobierno, no solo de lo que se debe hacer, sino en el involucramiento del cómo hacerlo. No puede haber inserción internacional que no parta de la solución de reivindicaciones y problemas que sufren los pueblos.

Desde allí es pensable la integración alternativa, tal como sugiere el ALBA (Alternativa Bolivariana de las Américas), ampliamente discutido. La integración alternativa requiere de sujetos y por eso no alcanza con los enunciados de “programas”. Lo definitorio es la constitución de sujetos para la transformación de las relaciones sociales.

En fin, discutir el mundo de la economía hoy, como se hizo recientemente en la convocatoria de la ANEC, es tan complejo como estudiar las tendencias del sistema mundial y su hegemonía estadounidense, pero también constatar la emergencia de proyectos alternativos, los que se procesan desde algunos gobiernos, sí, pero sobre todo en múltiples ámbitos de construcción de subjetividad para un nuevo orden mundial.

# Revista La Utpba de mayo de 2006.