De los más de 22 millones de móviles que circulan en el país, un millón y medio tiene cámara en su equipo y se espera que para el 2010 ese número aumente a 5 o 6 millones: un formidable dispositivo comunicacional en potencia, capaz de transmitir contenidos e informaciones en tiempo real.

Es la base del proyecto de crónicas móviles (cronicasmoviles.blogspot.com), un portal noticioso ideado por Pablo Altclas que se define como el “primer medio de comunicación a nivel mundial, libre e independiente” a partir de contenidos generados por la telefonía celular. En Córdoba, en tanto, se creó el sitio sosperiodista.com.ar, que aboga por una “prensa distinta, escrita en primera persona”, al tiempo que desde otras latitudes numerosos proyectos trabajan con idéntica lógica. El proceso es sencillo: el blog muestra videos que suben los cronistas multifuncionales, quienes toman la foto, filman, graban el audio y escriben el pequeño texto que va junto con la imagen.

Beneficiados por la velocidad que brindan las nuevas tecnologías, estas experiencias caseras rotuladas como “periodismo ciudadano virtual” se basan en dos ventajas esenciales que ofrece el celular: llegar antes a la noticia y emitir contenidos libremente. Con la posibilidad de adueñarse de primicias que la prensa tradicional tarda más en recoger, como ocurrió durante los atentados de Londres en el 2005 o el incendio por dentro de la estación Haedo.

Cámara en mano

Convertirse en un cronista ciudadano, en esas condiciones, no requiere de una gran producción. Muchísimo menos de una sólida formación en el oficio periodístico. Alcanza con tener un celular bien equipado y brindar una mirada diferente a la de los medios masivos. Pero, si por un lado esto implica la oportunidad de un periodismo abierto y participativo, por el otro alienta la idea de que cualquiera es un periodista capacitado para registrar hechos o situaciones de interés público. “En el futuro, todos vamos a ser periodistas”, sostiene Altclas.

Los muchos y contradictorios interrogantes que abre esta afirmación parecen imposibles de contestar en el corto plazo. Un ejemplo: no todos acceden a los artefactos más sofisticados, y quienes ejerciten esta práctica estarán a la vez alimentando las arcas de las compañías telefónicas, en su mayoría asociadas con los medios masivos.

Más todavía: los portales de crónicas móviles ofrecen un manual de principios para periodistas amateurs cuyo eje central no pasa por la especialización en la tarea de prensa, sino por el modo de utilizar creativamente un aparato cada vez más complejo. “Llevá tu celular con vos, dispará y envía, tu mirada importa a todos, no hace falta saber, todo es multimediable”, se promociona desde la web junto con un abanico de recomendaciones para aquellos que tengan ganas de contar una noticia.

Pese a la inmediatez que rige este tipo de acciones, el tiempo dirá si la propuesta es capaz de introducir alguna fisura en el cerco mediático. O si, por el contrario, el decálogo del nuevo cronista acompañará lo que parece ser regla de cabecera para las empresas de telefonía móvil: la masificación que crea un nuevo tipo de consumo.

# Revista Acción número 963 (Argentina)