’A propósito del informe anual del Departamento de Estado de los Estados Unidos sobre Derechos Humanos, que contiene comentarios y críticas sobre diversos países, entre ellos Brasil, el gobierno brasileño reafirma que no reconoce la legitimidad de informes elaborados unilateralmente por países, según criterios domésticos, muchas veces de inspiración política’, señala la nota.

’Actitudes y evaluaciones unilaterales sobre tales temas son inaceptables, pues contrarían los principios de universalidad y de no selectividad de los derechos humanos’, subraya el comunicado.

El informe sobre la situación en Brasil, de 23 páginas, apunta violaciones de los derechos humanos por parte de las fuerzas de seguridad, malos tratos en las prisiones, violencia y discriminación contra mujeres, niños e indios, tráfico de personas, trabajo infantil y otros abusos.

Las autoridades brasileñas resaltan que la posición del país toma como referencia los informes sobre derechos humanos realizados por las Naciones Unidas (ONU).

’Brasil está abierto al diálogo con todos los mecanismos internacionales y regionales de derechos humanos. En el Consejo de Derechos Humanos, hemos defendido prácticas de monitoreo imparcial, como el Informe Global por el Alto Comisariato de las Naciones Unidas’, señala el documento.

’Brasil mantiene una invitación permanente a todos los Relatores Especiales de derechos humanos de la ONU, a quienes garantiza amplio acceso a entrevistas e informaciones. Brasil estimula a todos los países, inclusive los Estados Unidos, a adoptar la misma postura’, concluye la nota.

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