Ya nadie puede difundir resultados de encuestas o mediciones de opinión alrededor de las preferencias por el SÍ o por el NO para el próximo referéndum. Los sectores políticos de derecha echan el resto en su campaña contra el cambio. Son quienes más han pautado publicidad hasta ahora, y quienes han recurrido a todo tipo de improperios, distorsiones y mentiras; sin embargo, siguen perdiendo. El NO, hasta el cierre de esta edición, mantenía la tendencia a la baja, mientras que el SÍ crecía a nivel nacional.

Tal es la desesperación de la oligarquía en estos últimos días, que ha tenido que recurrir a una de sus mejores cartas: el alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot, quien en cada espacio, en tarimas o sets de televisión, hace una campaña abierta y furibunda contra el SÍ. Ha llegado a decir que si se aprueba la nueva Constitución él renunciará. La respuesta no fue la que esperaba, ha pasado como un episodio más, sin mayor trascendencia a nivel nacional. Si bien puede tener su efecto en Guayaquil, no ocurre lo mismo en el resto del país donde, según analistas de la misma derecha, su discurso no pega. El mismo Nebot se ha encargado de cerrarse espacio nacional a nivel político, cuando ha manifestado en reiteradas ocasiones que lo único que le interesa es mantenerse en la alcaldía del Puerto principal. Sin embargo, siempre estará latente como un contradictor fundamental de la tendencia del cambio.

Guayaquil, al contrario de lo que se podría pensar, no resulta ser un feudo derechista por excelencia; según el gobierno y varios analistas, hay grandes posibilidades de que el SÍ gane en esa ciudad, lo cual significaría un duro golpe a la oligarquía.

Han desaparecido prácticamente del escenario otras fuerzas, como el PRIAN, de Álvaro Noboa, que se han centrado en proteger sus grandes empresas del ojo inquisidor del Servicio de Rentas Interno y de la AGD. La ID, sumida en sus pugnas intestinas y sus ambiguas posiciones; la UDC, como un francotirador solitario, que no alcanza a reanimarse después de la debacle que le vino con la caída de Jamil Mahuad, y ni qué hablar del PSC… Lo más destacable de la derecha en el escenario político, además de Nebot, sigue siendo Sociedad Patriótica, que recurre al engaño más vil, diciéndole a la gente que si gana el SÍ le quitarán su casa o alguna propiedad, que si gana el SÍ habrá dictadura, que si gana el SÍ los precios seguirán elevándose, etc.

Por el lado de las fuerzas democráticas, progresistas y de izquierda, la campaña ha tenido en el debate un importante escenario, tanto en lo que tiene que ver a los contenidos mismos de la nueva constitución, como a las concepciones de fondo entre la derecha, conservadora y corrupta, y la izquierda, progresista y honesta. Entre los grandes empresarios y los trabajadores, entre los ricos y los pobres, entre el capitalismo y el socialismo.

Una vez que entre a regir la nueva Constitución, esta confrontación no menguará, sobre todo si se considera que empezará una nueva etapa en la lucha de los pueblos por construir la patria nueva, por caminar hacia el Socialismo.