El pago oneroso e inmoral de la deuda y sus intereses, ha sido rechazado y cuestionado por los pueblos del Ecuador y las organizaciones populares durante décadas, motivó la condena a los gobiernos que año tras año fueron empeñando la vida de los ecuatorianos y el desarrollo de la Patria, que nos hicieron presa de la dominación y el chantaje de los países acreedores a pretexto de la deuda.

La bandera del NO PAGO DE LA DEUDA levantada por los sectores sociales organizados, democráticos y patrióticos esta vigente hoy más que nunca, es un problema que rebasa los argumentos jurídicos, o puramente técnicos, es cuestión de dignidad, justicia y soberanía. La deuda y todo su dramático y oscuro pasado debe ser esclarecido y por consiguiente debe hacerse justicia, por un lado haciendo realidad el no pago definitivo de una deuda pagada varias veces y cuyas consecuencias las hemos cargado la mayoría de los ecuatorianos, y por otro lado haciendo paguen ante la justicia todos aquellos traidores y corruptos que hipotecaron al país y sumieron a la mayoría del pueblo en la más desesperante pobreza.

Los responsables y beneficiarios de este crimen contra la soberanía del país y el bienestar del pueblo que hoy han sido nuevamente identificados deben ser castigados con todo el rigor de la ley, con ellos, no puede haber ni perdón ni olvido.

El trabajo realizado por la Comisión para la Auditoria Integral del Crédito Público del Ecuador, merece nuestro reconocimiento y nos convoca a la gran mayoría de ecuatorianos a que teniendo el sustento de esta investigación desarrollemos todas las accioe4ns que sean necesarias para que este importante paso no se quede a media sino que por el contrario culmine con esa gran reivindicación del Ecuador de librarnos definitivamente del dogal de la deuda externa que nos condenó, por más treinta años a trabajar para enriquecer los bolsillos de unos pocos y a vivir en la más desesperante pobreza.