Un helicóptero que transportaba altos dignatarios iraníes se estrelló en el bosque de Dizmar, cerca de la frontera entre Irán y Azerbaiyán. Se reportó la muerte de todas las personas que viajaban en el aparato. Entre los pasajeros se hallaban el presidente de la República Islámica, Ebrahim Raissi, y su ministro de Exteriores, Hossein Amir-Abdollahian.

El helicóptero siniestrado era un viejo Bell 212, de fabricación estadounidense. La tripulación no parece haber enviado ninguna señal de alarma y el transpondedor del helicóptero estaba apagado. En varias aldeas de la zona se sintió una fuerte explosión. Las autoridades trataron de rastrear los teléfonos móviles de las personas que se hallaban a bordo del helicóptero, pero eso no permitió hallar el aparato. La seguridad iraní solicitó ayuda a Turquía y los restos del helicóptero fueron hallados finalmente por un drone turco Akinci, 12 horas después de la catástrofe.

El helicóptero a bordo del cual viajaban el presidente de Irán y su ministro de Exteriores era parte de un convoy que contaba en total 3 aparatos. Los otros 2 helicópteros llegaron a su destino sin sufrir ningún percance y sin haber visto caer el tercer aparato. Según los procedimientos de seguridad, los miembros del gobierno iraní no debían viajar en la misma aeronave, pero esa regla que no se aplicó en este caso.

Este incidente se produce en momentos en que Irán está enfrascado en negociaciones secretas, en Omán y en Nueva York, con una delegación estadounidense.

Por otra parte, después de haber bombardeado la embajada de Irán en la capital siria, el 1º de abril, matando al general iraní Mohammad Reza Zahedi, el gobierno de Israel se empeña en presentar la República Islámica como el enemigo número 1 de la paz internacional. En respuesta al bombardeo israelí contra su embajada en Damasco, Irán atacó directamente el territorio de Israel, el 13 y el 14 de abril, demostrando así que sus misiles hipersónicos pueden golpear prácticamente cualquier objetivo en Israel sin que las fuerzas armadas israelíes ni los aliados de Tel Aviv puedan impedirlo. Finalmente, este incidente se produce en momentos en que Irán acababa de acercarse a Azerbaiyán, país con el cual Israel mantenía una relación excepcional.

En Turquía, los servicios de seguridad desmantelaron un intento de asesinato contra el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, justo una semana antes de la muerte del presidente iraní.

El presidente Ebrahim Raissi [a la izquierda en la foto] era considerado un incondicional del Guía de la Revolución, el ayatola Alí Khamenei, cuyas directivas aplicaba al pie de la letra. Sus opositores le reprochaban su falta de iniciativa personal y su incomprensión de las cuestiones económicas. En el plano interno, Raissi había sido muy duro con el movimiento femenino –aunque sin llegar a los extremos que había alcanzado al reprimir a los comunistas iraníes durante la Revolución islámica. En el plano externo, el presidente Raissi dio apoyo irrestricto a las milicias chiitas en otros países, conforme a los deseos del Guía de la Revolución. Pero lo más importante es que, el presidente Ebrahim Raissi logró que Irán se convirtiera en miembro pleno del grupo BRICS, de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) y de la Unión Económica Euroasiática (UEA). En este momento estaba a punto de concluir un acuerdo con Estados Unidos, lo cual era fuente de gran inquietud en Israel.

Por su parte, el ministro de Exteriores de Irán, Hossein Amir-Abdollahian [a la derecha en la foto], a quien todos sus interlocutores consideraban un excelente diplomático, había logrado establecer relaciones con casi todos los dirigentes del mundo árabe, cuya lengua que manejaba con soltura.

El vicepresidente Mohammad Mokhber asume temporalmente la presidencia de la República Islámica, hasta que se realice una nueva elección presidencial, ya prevista para el 28 de junio, y Alí Bagheri es el nuevo ministro de Exteriores.

Por el momento se ignora qué aspirantes serán autorizados a participar en la elección presidencial. Los 6 teólogos designados directamente por el Guía de la Revolución como miembros del Consejo de Guardianes de la Constitución pueden invalidar las candidaturas de los aspirantes a los que no consideren “conformes con el islam”. Cualquiera de los aspirantes a participar en la elección presidencial iraní puede ser invalidado si los 12 miembros de ese Consejo –que se compone de los 6 teólogos ya mencionados, designados por el Guía de la Revolución, y de 6 juristas designados por el poder judicial y sometidos a la aprobación del parlamento– lo consideran “no conforme con la Constitución”.

Los principales aspirantes a participar en la elección presidencial iraní son:

  • Mahmud Ahmadineyad, ex presidente de la República Islámica (partidario de la revolución antimperalista);
  • Mohammad Bagher Ghalibaf, actual presidente del parlamento (defensor de los más pobres);
  • Alí Larijani, ex presidente del parlamento (partidario de la revolución chiita);
  • el ahora presidente interino Mohammad Mokhber (representante de los pequeños empresarios);
  • Mohsen Rezai, ex jefe del servicio de inteligencia de los Guardianes de la Revolución (injustamente investigado en Argentina por una presunta implicación en los atentados de Buenos Aires);
  • Hassan Rohani, ex presidente de la República Islámica (representante de los comerciantes partidarios del libre comercio);
  • Alí Shamkhani, ex jefe del Consejo Supremo de Seguridad Nacional (destituido recientemente luego de que se descubrió que un espía británico había logrado infiltrarse en su entorno), quien desempeñó un papel central en el acercamiento entre Irán y Arabia Saudita.

Todo parece indicar que Ahmadinejad y Rohani, ambos ex presidentes de la República Islámica, no serán autorizados a participar en la nueva elección presidencial por ser considerados demasiado independientes del Guía.

Estados Unidos afirmó rápidamente que no tuvo nada que ver con la catástrofe aérea en la que murieron el presidente de Irán y su ministro de Exteriores. En ciertos medios se sospecha que Israel pudiera estar implicado.

El presidente chino, Xi Jinping, escribió: «La trágica muerte de Ebrahim Raissi es una gran pérdida para el pueblo iraní y el pueblo chino pierde igualmente un buen amigo. El gobierno y el pueblo chinos conceden gran importancia a la tradicional amistad entre China e Irán y estiman que, con los esfuerzos conjuntos de ambas partes, la asociación estratégica global entre China e Irán seguirá consolidándose y desarrollándose.»

En ese contexto, el ministro chino de Exteriores, Wang Yi, exhortó todos los miembros de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) a fortalecer su cooperación frente al terrorismo, al separatismo y frente al extremismo religioso y precisó que la «supervivencia» de todos depende de ello.