UN POLICIA AUXILIA A UNA MUJER HERIDA, LA TARDE DEL 17 DE MARZO DE 1992, EN ARROYO Y SUIPACHA. (Foto: Ricardo Carcova)

El camarista Alfredo Bisordi, quien fuera el primer [juez] instructor de la causa judicial sobre el atentado a la embajada de Israel, confió hoy que hubo «bastantes influencias» de ese país [Israel] en la investigación y manifestó que «no» le «consta» que haya existido un coche bomba en el ataque.

El 17 de marzo de 1992 en que asestaron el golpe terrorista, Bisordi era secretario penal de la Corte Suprema de Justicia, cuyo presidente era Ricardo Levene, y como tal se desempeñó de instructor en la causa hasta el 23 de diciembre de aquel año. Actualmente Bisordi es vicepresidente de la Sala I de la Cámara Nacional de Casación Penal, el segundo mayor tribunal penal del país [en Argentina], y el expediente sobre el ataque terrorista que causó 29 muertos no esclareció el caso ni tuvo grandes avances.

En declaraciones a la agencia DyN, el juez recordó que pocas horas después del hecho "la hipótesis de la Policía era que el explosivo habría entrado a la embajada entre los materiales de construcción, porque estaban haciendo reformas en el edificio, y que la explosión fue de dentro hacia afuera".
"Hubo varios testigos, entre quienes estaban adentro de la embajada y los que trabajaban en las reparaciones, que dijeron que los controles de seguridad eran poco estrictos hacia la gente que ingresaba todos los días", señaló.

Y añadió que "incluso hay un dato importante: está demostrado en el expediente que poco antes de la explosión pasó una moto por la calle, que pudo haber sido desde donde se activó el mecanismo de explosión mediante un control remoto".

"Siempre pensé que esa podría ser una hipótesis más cercana a la realidad de lo ocurrido", definió.

Seguidamente, Bisordi recordó que "hacia las diez de la noche de aquel 17 de marzo [1992], el jefe de seguridad de la embajada, un señor que dijo llamarse Roni Gorni, se presentó en la comisaría 15a. y dijo que la investigación debía orientarse a la existencia de un coche bomba".

"No se sabe si ése era el nombre real porque en las listas de diplomáticos acreditados por Israel en la Cancillería no figuraban los que estaban adentro de la sede diplomática", consignó. Bisordi recordó que "eso determinó que poco tiempo después habría aparecido, según la policía, el motor partido de lo que posteriormente se determinó era una [camioneta] pick up Ford F100 en el jardincito de un edificio que hace cruz con la embajada y tiene un frente bastante alto".

El ex instructor señaló que "no hay acta del secuestro de esa presunta prueba ni fui convocado como instructor para participar de ese secuestro",con lo cual prosiguió: "se trató de una infracción de las autoridades policiales a lo que está reglamentado en el código procesal penal".

"Hasta que yo estuve a cargo de la investigación nunca pude determinar, por otros medios que no fuera ése, la existencia del coche-bomba" enfatizó el camarista y dijo que "a mi no me consta porque no participé (del secuestro del supuesto motor) y debía haber participado porque estaba presente en la comisaría 15a.".

Además, recalcó que "no hubo ningún testigo que viera pasar la camioneta momentos antes del hecho" y confió que "cuando se le pregunto a Israel si podían enviar los videos de las 17 cámaras de seguridad alrededor del edifico dijeron que no porque no grababan sino que registraban imágenes".

Bisordi eludió contestar si recibió presiones en las pesquisas pero sostuvo que "sí hubo bastantes influencias... vino mucho personal de inteligencia israelí. No sé si eran del Mossad (la inteligencia israelí), decían que eran coroneles e incluso participaron en allanamientos".

Lamentó que "Israel siempre dijo que no tenia ninguna información que aportar y nunca hicieron ningún aporte" al tiempo que sostuvo que "tampoco los del FBI (agencia de investigaciones de los Estados Unidos) que estuvieron en el lugar de los hechos, recogieron evidencias y las mandaron a analizar a Washington, nunca aportaron ninguna investigación".

Finalmente Bisordi resumió que "hubo serias dificultades para determinar como ocurrió el hecho" y se mostró pesimista al reseñar que "creo que nunca se va a saber como fue el atentado, la Corte ha recogido una verdad formal que yo dudo que sea la verdad real de lo ocurrido".

Agencia DyN

BUENOS AIRES, mar 17 (DyN)
Publicado por primera vez en la red Voltaire el 23 de marzo 2006.