La clase obrera se encuentra en franco proceso de reanimación. Los golpes asestados por la burguesía, en el marco de la campaña anticomunista, si bien la afectaron de manera importante, no la inmovilizaron totalmente y menos podía aniquilarla en su papel de vanguardia en la revolución proletaria.

Para nuestra central la UNIÓN GENERAL DE TRABAJADORES DEL ECUADOR, este es un proceso que se viene gestando desde años anteriores, hoy tiene elementos que hace inútil cualquier valoración en contrario.

Este momento de reanimación no puede ser visto de manera plana y mecánica, ya que el mismo no es general y menos aún alcanza los niveles altos en la combatividad. Los hechos son evidentes y se suscitan de manera más continúa en diferentes continentes.

EL ASCENSO DE LA LUCHA DE LA CLASE OBRERA, UNA VERDAD INDISCUTIBLE

Mítines, marchas, huelgas y otras acciones que llevan adelante los obreros tienen escenarios como Francia; en donde la lucha por el denominado “primer empleo”, en el que la juventud tuvo rol protagónico; no sólo que alcanzó grandes magnitudes, sino que significó una importante victoria, no sólo por la aceptación de la demanda, sino por el grado de unidad y participación de grandes sectores.

No puede quedar de lado lo cumplido en Inglaterra alrededor de la seguridad social, en donde una vez más los trabajadores mostraron sus fortalezas; de igual manera resalta lo que se da en Asia en donde, de manera combativa, la clase obrera pone al descubierto la voracidad del capitalismo, evidenciando así la real naturaleza de este sistema de explotación. Bien se puede decir que en la actualidad ya no es raro conocer de huelgas en empresas multinacionales

Los emigrantes vienen escribiendo páginas importantes en esta reanimación de la clase obrera; allí están las multitudinarias marchas del 1ro de mayo, las huelgas, que no sólo desafían, sino que ponen en jaque a la patronal, reivindican la lucha obrera, en el mismo corazón del imperialismo; lo que es más se hacen escuchar y en los hechos, respetar.

En Latinoamérica, los hechos se repiten y se podría decir con mayor fuerza, en esta parte de mundo no hay país en que la clase obrera no haya protagonizado grandes movilizaciones y luchas de trascendencia.

Capítulo especial merece la acción de la clase obrera en el Ecuador, en donde las expresiones de este nuevo momento tienen múltiples manifestaciones.

De manera importante los trabajadores resistimos la llamada “flexibilización laboral”, política neoliberal de la burguesía que se aplica a la clase obrera en todos los planos para desarmarle, pero principalmente para impedir que ésta cumpla su papel de vanguardia en la lucha revolucionaria proletaria. La acción del movimiento sindical es la que ha permitido que importantes derechos sindicales y laborales aún consten en la legislación del País y que en muchos casos se los haga respetar.

La tercerización, la intermediación laboral, el trabajo por horas, elementos importantes de la “flexibilización laboral”, que incidió fuertemente tanto en la dispersión organizativa y la desmovilización de buena parte de los trabajadores, entra a nuevo escenario, cuando es desenmascarada en su real contenido, pero sobre todo cuando los tercerizados van asumiendo un comportamiento y una actitud de reclamo.

Las experiencias habidas y las que se proyectan demuestran que las ataduras que impusieron los empresarios por más de dos décadas para maniatar a la clase obrera, pueden romperse. Trabajando con iniciativas y rompiendo el marco de la “supuesta legalidad”, hoy el movimiento sindical se ha extendido entre sectores de tercerizados, quienes ya han saboreado los beneficios de la organización y de los derechos laborales que aún quedan.

En provincias como Orellana y Sucumbíos, pese a no alcanzar todo lo planteado, los resultado son alentadores; en esa región miles de trabajadores tercerizados de empresas petroleras, de las elementales formas de organización tanto de hecho como de derecho pasaron a mayores y han protagonizado acciones, que obligaron al cumplimiento de parte de sus demandas.

Sin lugar a dudas la organización de los tercerizados, va en aumento en diferentes lugares del país y este es uno de los “grandes problemas” para la burguesía; esta realidad ya no es sólo en las empresas del Estado, sino que también llegó al sector privado.

En este período, el sector sindicalizado ha sido artífice de distintas medidas, entre las que resaltamos: las presiones a distintas instituciones del Estado por el respeto y cumplimiento de los derechos laborales y sindicales; las acciones que obligaron a la devolución de los fondos de reservas que estaban acuñadas por varios años en beneficio del sector bancario; las marchas y huelgas de los compañeros de la salud, de las empresas eléctricas, de Petroecuador, los Municipios, Consejos Provinciales por la firma y el cumplimiento de los contratos colectivos; los insistentes reclamos por la elevación de sueldos que están congelados por 10 años; tiene gran importancia el hecho de que el movimiento sindical pudo convocar, después de buen tiempo, a la Huelga General para el 8 de Marzo del 2.006; de igual manera lo sucedido en las marchas del 1 de Mayo de este año en el país, en que la clase obrera recuperó una masiva presencia, puso en claro que se está configurando un nuevo momento de agitación.

Vale hacer hincapié, que como resultado de la acción del movimiento sindical, la burguesía no ha logrado su dorado sueño, desaparecer al sindicalismo. Por el contrario con distintas medidas se fueron dando pasos para llegar a lo que ahora se presenta; una etapa de recuperación y de reanimación del conjunto de la clase.

En el plano de la organización sindical, nuevos sectores han emprendido en la formación de comités de empresas, sindicatos, asociaciones, especialmente en el sector privado; con lo cual, los trabajadores hacen público sus aspiraciones.

Expresión evidente de la recuperación organizativa de la clase obrera, es el crecimiento de las filas del sindicalismo revolucionario, en especial de nuestra central la UGTE.

Si bien tiene trascendencia la acción sindical para mostrar el proceso de reanimación en el que se encuentra la clase obrera, no podemos dejar de resaltar la presencia y participación política de la clase obrera en el escenario de la vida social y política, en contra de la Ley Topo, por la salida de la petrolera transnacional OXY, contra del TLC, en defensa de la soberanía nacional.

Una gran masa de la clase obrera forma parte de la corriente democrática, antiimperialista, progresista, de izquierda, revolucionaria; con esta tendencia se ha pronunciado en los actos electorales, como en otras acciones. En algunos casos hasta de manera instintiva, ha rechazado candidaturas como la del multimillonario Alvaro Noboa. De a poco en un momento, pero de manera más acelerada ahora, los trabajadores hacen resistencia y rechazan a los partidos de derecha como los social cristianos, ID, UDC, PRE, PSP.

La participación de los sectores más avanzados del sindicalismo en las organizaciones de izquierdas, han permitido a los partidos de izquierda ganar una franja de obreros; vale reconocer en el MPD y el PARTIDO COMUNISTA MARXISTA LENINISTA DEL ECUADOR, organizadores de este seminario, el aporte significativo que han dado y dan a la reanimación actual que vive la clase obrera permitiéndonos participar con candidatos obreros en el marco de las elecciones burguesas y hoy caminamos unidos para buscar espacios en la Asamblea Constituyente.

En las acciones de condena a la barbarie imperialista las voces de los sectores más avanzados de la clase obrera ha orientado a muchos trabajadores, que han respaldado y sumado a las protestas y condenas que se hacen.

RECUPERACION DEL MOVIMIENTO OBRERO, PARTE DE LA REANIMACION DEL MOVIMIENTO POPULAR

El momento en que hoy vive la clase obrera no puede ser visto aisladamente, ni al margen de la reanimación del movimiento popular en general, por el contrario es parte y resultado del mismo.

La andanada anticomunista, que tuvo como blanco principal a la clase obrera, en especial a su partido político revolucionario, no pudo ni podía eliminar las potencialidades revolucionarias de la clase obrera; las afirmaciones hechas por el marxismo, en el sentido que la misión histórica y el papel de vanguardia, están determinados por las condiciones que rodea a esta clase en el capitalismo, han sido una y otra vez confirmadas por la propia historia.

Es por esta razón que pese a los engaños, manipulaciones y confusiones sobre la perspectiva de su lucha, la clase obrera siempre estuvo y está avocada ha hacer resistencia a la sobreexplotación capitalista; no puede por decreto anularse una realidad objetiva; la reproducción del capital, sólo es posible a condición de aumentar la explotación del trabajo asalariado; esto es aumentar la plusvalía, que sólo puede ser obtenida de la compra de la mercancía llamada fuerza de trabajo.

Son las propias condiciones de sobrevivencia del capitalismo, las que siembran en los trabajadores el cambio social como una aspiración y tendencia natural; y es ello lo que los mueve de manera natural.

Ha sido entonces, en los hechos que se han comprobado como farsa las famosas “tesis” que anulaban cualquier sistema superior al capitalismo y como farsantes a quienes agoraron el fin de las ideologías.

Allí tenemos que a la implantación del neoliberalismo y la globalización los pueblos respondimos luchando por la vida; que a los ataques políticos y militares de los países imperialistas se resistió luchando por la libertad; que a la “flexibilización laboral” los trabajadores opusimos nuestros derechos, que a las mega fusiones sobrevinieron los reclamos laborales.

Es en medio de este batallar constante entre explotadores y explotados, que a la luz de lo nuevo, apareció y animó una vez más al combate por los cambios sociales; el mundo está marcado por las permanentes acciones de millones de seres humanos que hoy se levantan con íconos emblemáticos expresados por las banderas rojas, las leyendas de libertad y los rostros de conocidos revolucionarios.

En nuestro país, los levantamientos populares, los triunfos electorales, las jornadas de protestas, entre otras cosas, también animaron a los trabajadores a ser actores de aquellos históricos actos; pero de hecho que las huelgas y luchas obreras, aunque disminuidas, también aportaron a dar continuidad a la protesta popular.

LA IZQUIERDA Y SU PAPEL DECISIVO EN LA REANIMACIÓN DE LA CLASE OBRERA

indudablemente que en el proceso de recuperación de la clase obrera han jugado diferentes factores, pero hay uno que tiene principal importancia y es el papel que cumple la izquierda, en especial la izquierda revolucionaria, la que marca la perspectiva cierta del cambio social; a diferencia del reformismo, desde la izquierda sale la orientación cierta de luchar por el bienestar, la libertad, la justicia, esto es por una vida nueva.

Como no podía ser de otra manera, las organizaciones de izquierda, consecuentes con sus principios, jamás abandonaron su acción en la clase obrera, por el contrario permanentemente se disputaron con la burguesía la dirección del movimiento y de esta manera confrontaron la arremetida antiobrera.

Desde distintas tribunas la izquierda alentó la lucha, pero sobre todo, en medio de los combates y fuera de ellos llevó la política revolucionaria al movimiento sindical en particular y de las masas obreras en general al tiempo que desplegaba esfuerzos por la educación bajo los conceptos y principios revolucionarios.

Sólo la izquierda pudo y podrá enarbolar la bandera del Socialismo, con lo cual alienta una real esperanza de cambio en la clase obrera y ello lo viene haciendo de diferentes maneras y con distintos resultados; de hecho que las diferencias que se presentan en la caracterización del Socialismo y de las condiciones necesarias para su realización, ponen en evidencia el grado de consecuencia de una u otra organización que se reivindica de izquierdistas.

Desde las posiciones de la izquierda revolucionaria no existe duda en que es imposible el Socialismo sin el triunfo de la REVOLUCIÓN PROLETARIA, una revolución dirigida por los intereses de la clase obrera, con el poder en manos de la clase obrera y sobre todo con la dirección del partido vanguardia de la clase obrera.

En este mismo camino, en la medida que la izquierda se fortalece entre los obreros, se esclarecen y arrinconan las posiciones vacilantes, conciliadoras, de concertación social, exhibidas por el oportunismo y el revisionismo aliados importantes en la acción impulsada por la burguesía.

Fueron justamente estas posiciones las que aportaron a la desmovilización y desmoralización de importantes sectores de trabajadores, que ante el renunciamiento a la lucha por los cambios sociales, quisieron justificar con la prédica de la invencibilidad del capitalismo; prédica con la cual “ayudaron” a la patronal.

Por lo tanto en el proceso de reanimación de la clase obrera se puede observar una intensa confrontación entre las posiciones de izquierda contra el oportunismo, el revisionismo y la misma patronal; hecho que históricamente no es nuevo.

LA PERSPECTIVA DE ESTE MOMENTO

La disyuntiva a corto y mediano plazo se presenta de la siguiente manera: o el actual momento que vive la clase obrera llega a nuevos niveles y abre nuevas situaciones en la lucha revolucionaria, determinando avances significativos; o, la burguesía logra detenerlo y revertirlo elevando la aplicación de la “flexibilización laboral” y reordena sus propuestas políticas, consolidando su poder y elevando la explotación.

Para acelerar este proceso de reanimación y llevarlo a niveles más altos, es necesario generalizar y radicalizar en la clase obrera los objetivos estratégicos; es indispensable organizar y desatar la lucha por los derechos laborales, sindicales y políticos de los trabajadores; lo cual incluye avanzar de manera rápida en la organización sindical y política revolucionaria de los trabajadores.

Las banderas y los caminos son múltiples y corresponderán a las condiciones concretas, pero como factor principal estará el papel de las organizaciones de izquierda, que tiene que reafirmarse en la tesis de que la clase obrera es la clase de vanguardia de la lucha revolucionaria y que su misión histórica es la edificación del Socialismo y del Comunismo.

Es fundamental que la izquierda estreche sus vínculos con la clase obrera, que se dispute y gane la dirección de las organizaciones sindicales; que forje líderes sindicales con dimensión política; que integre a sus filas a los obreros que combaten.

La intensa difusión de las ideas proletarias revolucionarias debe ser hecha utilizando todos los escenarios, pero sobre todo concretando las propuestas revolucionarias para cada momento y hecho que se presente; esto debe animar a una activa participación de los sindicalistas y de la masa de obreros en la vida social y política bajo la dirección y conducción de las organizaciones de izquierda.

Hoy, en que nuevamente las banderas rojas flamean poderosas y que las perspectivas son favorables para el avance de la clase obrera al cumplimiento de su misión histórica, debemos avanzar en el proceso de unidad con todas las fuerzas de izquierda comprometidas con el cambio, levantar nuestra lucha en contra del Imperialismo y alcanzar el poder para los trabajadores.

Fuente : Unión General de Trabajadores del Ecuador (UGTE)