La formación cultural de los varones nacidos en los ‘80, tiene dos pilares televisivos ineludibles: Los Simpson y Fútbol de Primera. Luego de la cancelación del contrato leonino que unía a la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) con Torneos y Competencias y la consecuente “democratización” del fútbol, el segundo de dichos programas de TV ha quedado herido de muerte.

Se suele decir que el ser humano es un animal de costumbre. Que el día está compuesto por innumerables acciones rutinarias que hacen que la vida pretenda ser ordenada, pacífica y sin cuestionamientos. Suena el despertador, vamos a trabajar, descansamos, dormimos y tras unas horas más tarde, vuelve a sonar el despertador que nos recuerda que debemos ir nuevamente a cumplir con nuestras tareas laborales.

Dentro de esa absurda pero indiscutible tradición, estaba incluido sintonizar Canal 13, todos los domingos a las 22 horas. El múltiple premiado programa deportivo contaba con la notoria ventaja de la exclusividad de las imágenes. Tan imposible parecía la caída de Torneos y Competencias, que la ridiculez de esperar 48 horas para ver un partido jugado un viernes, jamás fue discutida por ningún hincha de fútbol. Pero un buen día, Julio Humberto Grondona, el mismo hombre que colocó a TyC en la cumbre, lo bajó de un hondazo.

La histórica desvinculación necesitó del apoyo político y financiero del Gobierno nacional que, envuelto en una disputa de poder con el Grupo Clarín y abocado a la promoción de la nueva Ley de Medios Audiovisuales, adquirió los derechos de la televisación de los partidos de Primera División durante los próximos 10 años.

El principal rótulo de este nuevo sistema es el “Fútbol para todos”, traducido en una maratónica transmisión de la fecha del torneo local por la TV Pública. Se ha “democratizado” el deporte más popular del país, y se le abrió la puerta a todo aquel que quiera ver un partido por televisión sin tener que pagar.

Lo que uno no debe dejar de tener en cuenta es que la “democratización” no ha llegado a los espectadores “reales”, esos que todos los fines de semana concurren a los estadios argentinos. Las entradas cada vez están mas caras, los engorrosos mecanismos de seguridad (no para los “barras”) hacen de la entrada y la salida de la cancha una odisea y una multiplicidad de factores han generado que cada vez sea mas difícil poder ir a ver un partido de visitante.

Por otro lado, las instalaciones en los estadios en relación a los precios de las entradas, en su inmensa mayoría, dan pena, desde los baños, asientos, escaleras, sin contar con otro de los negocios del fútbol, el del monopolio de las bebidas y comidas, que por sus precios exorbitantes haría espantar a cualquiera de los distinguidos vecinos de la Avenida Alvear.

Está claro y no sería novedad para nadie el decir que el fútbol es un negocio, y uno de los grandes. En línea, hay que seguir avanzando en la democratización del fútbol, sin dejar de tener en cuenta que el ahora “Don Julio” sigue siendo Grondona, que el fútbol sigue viciado de oscuros negocios y que es él quien todavía los maneja, por lo cual atenti a quienes vean en el Presidente de la AFA un adalid de la justicia.

Por suerte, todavía están los que ven al fútbol como un hermoso deporte y una incomparable pasión que despierta la mayor de las fidelidades. Ese deporte de grandes pasiones y enormes negociados a su alrededor no está ajeno a la realidad del país y del mundo. Los negociados de quienes pretenden que cada vez menos concentren más y las pasiones de quienes luchan todos los días por mejores condiciones de vida para cada uno de los habitantes de este planeta.

El “Fútbol para Todos” dejará de ser solo una consigna cuando una vida justa y digna para todos sea una realidad. Mientras tanto, bienvenido sea que todo aquel que quiera ver por televisión al equipo de sus amores no tenga que pagar un peso para hacerlo.

Fuente
Despierta Buenos Aires (Argentina)