La República Popular China adoptó poco a poco el sistema capitalista. El Partido Comunista, ‎gobernante en ese país, fue modificando su ideología, separándose del colectivismo para ‎concentrarse en el desarrollo económico y la defensa de los intereses nacionales. ‎

En su documento «Opinión sobre el fortalecimiento del trabajo del Frente Unido sobre la economía ‎privada en una nueva época», el presidente chino Xi Jinping se esfuerza por vincular ambos ‎objetivos. Dando continuidad a lo que ya había planteado en el 19º Congreso del Partido –‎en 2017–, un nuevo organismo, denominado Frente Unido, recibió la tarea de garantizar que la ‎búsqueda de ganancias no entre en contradicción con los intereses nacionales. Para alcanzar ese ‎objetivo, se decidió incorporar un delegado del partido al consejo de administración de cada ‎empresa. ‎

Esta medida, que en Occidente se interpreta como un desatino comunista, es sólo la versión china ‎de lo que los occidentales llaman «patriotismo económico». ‎

La economía china está empezando a enfrentar un proceso de deslocalización de sus empresas ‎hacia Vietnam, la India y otros países asiáticos –fenómeno que Karl Marx había anticipado y que ‎ha afectado gravemente las clases medias en los países occidentales durante los últimos 30 años–‎‎, pero el Partido Comunista China no tiene intenciones de dejar que se pierdan los enormes ‎progresos económicos alcanzados por su país en las últimas décadas. ‎