¡Aquí en la mitad de la Tierra! ¡Aquí en el volcán Pichincha! ¡Aquí en la Cima de la Libertad!

Marcelo Larrea, director de la revista El Sucre, en la Cima de la Libertad de Pichincha.

¡Aquí donde el Ejército Libertador integrado por patriotas de Venezuela, Cundinamarca y Perú, de las ciudades de Guayaquil, Cuenca, Riobamba, Ambato, Latacunga y Quito, comandado por el general Antonio José de Sucre, derrotó a 300 años de oprobioso colonialismo español!

¡Aquí donde se alcanzó la emancipación de la Real Audiencia de Quito, cuyos límites se extendieron desde el Océano Pacífico al Océano Atlántico, culminando así el proceso de liberación de la República de Colombia, fundada por Simón Bolívar en 1819!

Aquí, mirando al pasado y al porvenir, rindiendo culto inmortal a quienes ofrendaron sus vidas en la batalla, dirigimos nuestros ojos hacia la ciudad del Sol y ante el Quito milenario,

Juramos:

Sentir, pensar y actuar, no como ordenan quienes nos consideran culturas subalternas. Sentir, pensar y actuar en ejercicio de nuestra inalienable independencia y libertad.

Juramos:

Agradecer a las fuerzas creadoras y sustentadoras de la vida, amando y defendiendo a la tierra, al agua, al aire, al fuego y a todos los seres vivientes como a nuestra propia vida y con nuestra existencia, interactuando en equilibrio con la naturaleza y el cosmos.

Juramos:

Construir la unidad y la identidad de la Patria Grande con los pueblos originarios de Abya Yala, preservando todos los valores humanos y comunitarios de los saberes milenarios.

Asumir como un deber sagrado el derrotar a todos quienes usan la violencia, la tortura, la represión, la guerra, la desinformación, la discriminación y la mentira como instrumentos para la opresión de otros.

Juramos:

Convocar a todos los seres humanos a ser dignos cada día: luchando por vencer a la pobreza.

Vivir con dignidad y equidad para que no exista un solo ser que sufra de hambre, desnutrición, desamparo, desempleo, discriminación, analfabetismo, aculturización y esté impedido de gozar del amor, de los sentimientos humanos, de la salud, de la ternura, del erotismo, de la solidaridad, de la ensoñación y de la libertad plena.

Juramos:

Sentir, pensar y actuar basados en el principio de que el fundamento de toda sociedad son sus niños, sus jóvenes, sus adultos, sus viejos y ancianos, sus mujeres y hombres y su concierto con la naturaleza y afirmamos que la atención de sus necesidades es prioritaria a toda otra obligación.

Desmantelar la impunidad, manteniendo los principios de la bioética del convivir humano en la sociedad y en la naturaleza.

Juramos:

Reivindicar el derecho de nuestra nación a la libertad, conquistada aquí en la heroica y victoriosa Batalla del Pichincha, el 24 de mayo de 1822, para ejercer plenamente su soberanía política, económica y militar, soberanía que radica en la voluntad popular, única fuente legítima de todo poder, porque, el poder es el pueblo mismo.

Juramos:

Ratificar la amistad de nuestra nación con todos los pueblos del mundo en términos de igualdad, reciprocidad, respeto, independencia y equidad. Oponernos a toda forma de intervención que lesione los legítimos derechos a la autodeterminación económica, social, política y militar de todas las naciones del mundo y a la voluntad de vivir en paz de nuestros pueblos.

Juramos:

Denunciar el asesinato del Mariscal Antonio José de Sucre, la persecución del Libertador Simón Bolívar, de la Coronela Manuela Sáenz y del maestro Simón Rodríguez, como un crimen colonial contra la independencia de nuestra Patria, que traicionó la formación de Colombia, nuestra República unida, como una genuina potencia continental y mundial.

Reivindicar la memoria de Manuela Sáenz como la heroína quiteña de la independencia de Colombia y de la libertad de Perú y Bolivia.

Denunciar la partición del territorio de Colombia con la separación de Venezuela, la desaparición de Quito con la fundación de Ecuador y posteriormente la escisión de Panamá, como una traición a la Patria y un crimen colonialista contra la independencia y unidad de la República.

Reivindicar la fundación de la Primera República, el 17 de diciembre de 1819, con los departamentos de Venezuela, Cundinamarca y Quito y convocar a los pueblos de los países que hoy constituyen Venezuela, Panamá, Colombia y Ecuador a reconstruir la unidad y libertad de la Patria bolivariana.

Convocar a los pueblos hermanos desde el origen milenario de nuestra nación, de Perú y Bolivia, que adquirieron su independencia del colonialismo en la gesta bolivariana, a borrar las fronteras y las inútiles disputas fratricidas, que reducen nuestras naciones a la condición de débiles republiquetas esclavas, e integrarse a la reconstrucción de la Patria Grande para cumplir el sueño de los pueblos originarios y de los libertadores. Solo si nosotros somos libres para decidir nuestro destino, nuestro destino, será nuestro.

Continuar el sendero del histórico llamado que hizo el Libertador Simón Bolívar, a los pueblos de México, Río de la Plata, Chile y Guatemala y ampliarlo a los pueblos del Brasil, Centroamérica y el Caribe para formar una confederación que ponga fin a los perjuicios inmensos de la atomización y eternice la independencia de nuestras repúblicas.

Juramos:

No dar un paso atrás en el camino de entregar nuestras mejores capacidades, nuestra alegría, y erotismo, nuestro trabajo y nuestro arte, nuestro coraje, nuestra vida y nuestra sangre, para la unidad y libertad de la Patria Originaria, de la Patria Bolivariana, de la Patria Grande, «menos por su extensión y su riqueza que por su libertad y gloria».

Pichincha, 24 de Mayo, 2004