Los cubanos tienen el privilegio en adelante de captar una centena de cadenas de televisión estadounidenses, entre las cuales hay varias dirigidas por disidentes cubanos instalados en Florida y rabiosamente anti-castristas. El diario Dallas Morning News informa que «responsables U.S.A. del gobierno» aseguran que este fenómeno se debe a las condiciones meteorológicas excepcionalmente favorables y propicias.
Se trata en realidad de una operación de guerra psicológica dirigida bajo ordenes de la «Comisión para la asistencia para una Cuba libre», un organismo con sede en la Casa Blanca y que prepara el derrocamiento de Fidel Castro. Las emisiones son difundidas desde un avión EC-130 « Comando solo» que penetra a veces en el espacio aéreo cubano y en violación de las Convenciones internacionales.