Todo está listo para una nueva «revolución» coloreada en Zimbabwe, en ocasión de las próximas elecciones legislativas. Los Estados Unidos están resueltos a hacer caer al presidente Robert Mugabe, no porque sea autoritario, sino porque encarna la lucha contra el colonialismo y preconiza una forma de socialismo. La Santa Sede habría dado su visto bueno para que Monseñor Pius Ncube desempeñara un papel crucial.

La población, sometida al 127% de inflación, a un desempleo masivo y a un principio de hambruna, está madura para cualquier cambio.
Sin embargo, según nuestras fuentes en Washington, el Consejo de Seguridad Nacional vacilaría en dar luz verde a la operación.
En efecto, el escenario prevé, al igual que en Ucrania, pagar y alimentar a los manifestantes para ocupar el centro de la capital, pero esa logística podría atraer a millones de campesinos que sufren de hambre y desembocar en una situación incontrolable.