En 1840, en California, territorio confiscado a México, la población de habla hispana y de origen indio es mayoritaria. Sus miembros explotan las minas de oro y las tierras fértiles del valle de Sonora. Cuando surge la fiebre del oro, en 1849, la llegada masiva de inmigrantes europeos convierte a los mexicanos en una minoría. Los recién llegados se apertrechan rápidamente de un arsenal legislativo para echar a los mexicanos. La Greaser Act (Ley antimetecos) se vota oficialmente para «proteger a la gente honesta contra los excesos de los vagabundos». Esa ley permite a la policía arrestar, utilizando la fuerza si es necesario, y deportar o enviar a trabajos forzados a toda persona sospechosa de ser un vagabundo. Según esa ley, un vagabundo es «una persona conocida bajo el término de "greaser" (peyorativo por mexicano) y, en general, toda persona de sangre española o india». La ley autoriza las milicias locales a implantar el terror en la comunidad mexicana, a acaparar sus bienes y a linchar impunemente a los recalcitrantes.