Dos delincuentes adeptos de la secta la Mara Salvatrucha. Derecha: David Eurgenia miembro de la secta desde su celda en El Salvador.
Fotos de Mandalit del Barco, NPR

Así como los narcotraficantes se han refugiado en cultos particulares (marianos), la Mara Salvatrucha se ha refugiado en la Santa Muerte.
Bernardo Barranco

El embuste como método de gobierno

Las declaraciones públicas de ayer, hoy y siempre del presidente de México Vicente Fox son una demostración de la incapacidad de los hombres del poder de dar respuesta a la sociedad y toda la complejidad de sus problemas.

El presidente ha pedido evitar el «uso político» que se ha dado a la información en torno a las mujeres asesinadas en Ciudad Juárez y sostuvo que en este tema no va a bajar la guardia.

Además, informó que «se presentaron 323 casos de mujeres asesinadas de los que 230 han sido resueltos y 200 de los homicidas están en la cárcel». En realidad, no hay un solo sospechoso detenido salvo uno que otro inocente, declarado culpable tras largas sesiones de tortura. Y el número de mujeres asesinadas en Ciudad Juáres es superior a 400.

Lo dicho por Fox es un embuste de tal magnitud que rebasa el carácter multidimensional de los conflictos entre el estado y la sociedad del presente. Un embuste que es todo un monumento a la ineptitud y a la corrupción que han rebasado todos los límites en este sexenio con ralación al pasado.

Miembros de la Mara prisioneros en Los Angeles, EEUU.
Fotos de Mandalit del Barco, NPR

Es un testimonio del final entrópico del mensaje católico que ha convertido a la estructura eclesiástica, que es el factor dominante en las esferas públicas, en una entidad que niega la trascendencia de lo «sagrado» y que ha elevado a los altares y a la administración pública los tóxicos de su propio envenenamiento.
A la mano tenemos una prueba de las complicidades del ámbito eclesiástico católico con el poder foxista.

El culto de la Santa Muerte, que se está difundiendo en México como fenómeno religioso con todas las de la ley, espera un tratamiento adecuado por parte de antropólogos y sociólogos, pero sobre todo por los abogados cuyo formalismo les ha impedido hasta ahora abordar el fenómeno multirreligioso moderno con la precisión que exigen los tiempos.

La Santa Muerte fue una manifestación del culto católico tal como ha sido practicado por policías y militares a lo largo de un siglo. Un culto que luego pasó a los taxistas y que ahora se ha desbordado a la sociedad porque las situaciones de riesgo se han generalizado. De las filas católicas recibidas por ese culto ha emanado una jerarquía, que ha sido captada en entrevistas por el escritor José Luis Ontiveros.

Con el emitido documento oficial, el retiro del registro como asociación religiosa a la iglesia católica tradicional México-Estados Unidos, Misioneros del Sagrado corazón y San Felipe de Jesús se vuelve a colocar en el centro del debate a la Santa Muerte.

Según la subsecretaría de Asuntos Religiosos de la secretaría de Gobernación, esa asociación cambió su objeto religioso de catolicismo tradicional con culto tridentino por la advocación a la Santa Muerte violando así el artículo 29 de la ley de asociaciones religiosas.

Fuerzas especiales hondureñas patrullando en las calles, tolerancia cero para la Mara Salvatrucha.
Foto gobierno de Honduras.

He aquí los escalofriantes argumentos que sustentan la exlusión de la institución que profesa el culto de la Santa Muerte:

«Por ello Jesús vino a redimir del pecado y ofreció vencer a la muerte, siendo el primero en resucitar a la vida eterna.

«En su acción evangelizadora Jesús busco resucitar a los muertos y resucitó él mismo para mostrar su oposición a la muerte», dice el fallo firmado por el rufian que dirige el área de Asociaciones Religiosas, Alvaro Castro, en la secretaría de Gobernación, cuyo titular era Santiago Creel, quien busca suceder a su jefe en la presidencia de la república.

El criterio de exclusión es teológico, específicamente de teología católica y no jurídico. ¿Qué le importa a Gobernación si el culto a la Santa Muerte pierde su identidad con el culto tridentino? el pronunciamiento de gobernación a la vez es una ingerencia ofensiva contra los católicos adherentes al culto tridentino que dan la espalda a la iglesia montiniana.

Quizá la explicación sea el temor de gobernación de que la Santa muerte rebase al culto de Juan diego, el santo indio de cuya existencia física en el siglo XVI no hay constancia.

La Santa Muerte o Niña Blanca es un nuevo culto que expresa anhelos sociales e individuales. En la época que vivimos representa incluso aspiraciones realizables en el orden político. Ello explica la devoción que este culto alcanza entre los miembros de la Mara Salvatrucha, que es el ámbito de encuentro de proyectos religiosos de tipo pentecostés centroamericano con el culto mexicano de la Santa Muerte.

siendo éste a la vez un sincretismo en el que subyacen contenidos católicos con santerismo y sobrevivencias prehispánicas.