Abogados que participaron en una corte marcial de seis meses de duración, que según afirman costó 20 millones de libras, dicen que temen que no haya llevado a establecer la verdad.

Un denunciante del ejército describe la investigación como “sobrecogedora.”

Sólo uno de siete soldados acusados fue condenado por tratamiento inhumano.

Una víctima iraquí declaró a Panorama que un sospechoso clave no apareció ante el tribunal en Bulford Camp en Wiltshire.

Panorama investiga la tortura de siete civiles iraquíes en 2003 mientras estaban detenidos por los británicos en Basora. Un hombre, recepcionista de hotel, llamado Baha Mousa, murió y tenía 93 heridas en su cuerpo.

Un soldado, que pidió que se protegiera su identidad, declaró a Panorama: “Lo que vi en esa celda no era un interrogatorio. No era detención. En lo que me concierne era tortura. Fue brutal. Fue bárbaro.”

El teniente Craig Rodgers y varios miembros de su unidad del Regimiento Lancashire de la Reina fueron mencionados repetidamente por los fiscales y por testigos ante la corte como supuestamente involucrados en las palizas.

Sin embargo, ni él ni ninguno de sus subordinados aparecieron en el banquillo de los acusados durante la corte marcial. Mientras tanto, Rodgers ha sido ascendido a capitán y está en Alemania entrenando a soldados británicos para Iraq y Afganistán.

Dos soldados fueron absueltos el martes de la acusación de no haber impedido el abuso de los iraquíes. El mayor Michael Peebles y el suboficial Mark Davies negaron las acusaciones de haber realizado sus deberes de manera negligente.

Los casos de cuatro de sus colegas, incluyendo al ex comandante del regimiento coronel Jorge Mendonça, fueron rechazados.

El cabo Donald Payne era el carcelero a cargo de los detenidos y se declaró culpable de una acusación de tratamiento inhumano. Es el único soldado que fue considerado responsable del maltrato de detenidos y espera su sentencia.

Uno de los hombres arrestados, Kifah Mousa, fue entrevistado por Panorama unos meses después de su liberación. Posteriormente murió en el derrumbe de un edificio.

Dijo: “Comenzaron a torturarnos antes de hacer alguna pregunta. Básicamente, hacían kick box con nosotros y parecía gustarles mucho.”

El antiguo jefe del Ejército, general Sir Mike Jackson dijo a Panorama: “Me inquieta que sea probable que este proceso vaya a concluir y no sabremos cómo murió Baha Musa.”

“En cuanto a la vasta mayoría de los soldados, se sienten incómodos, incluso tal vez avergonzados de que hechos semejantes hayan sido cometidos posiblemente por miembros de su ejército.”

Un antiguo alto investigador militar destacó al programa “algunos vacíos muy inquietantes en la evidencia.”

“Hay toda una cadena de comando que está involucrada en este caso, y es manifiestamente evidente que algunos sospechosos clave no se presentaron en el juicio,” dijo.

Phil Shiner fue uno de los abogados de las víctimas y dijo a Panorama: “Se trata de soldados investigando a soldados y luego envían papeles a soldados que deciden quién debe y quién no debe ser juzgado. Es un encubrimiento. Es una travestía. El sistema militar no ha llegado cerca de establecer lo que anduvo mal.”

El ministerio de defensa envió una declaración a la BBC después del fin de la corte marcial y dijo: “El sentenciamiento en este caso aún no ha terminado.

“El juicio de hoy ha sido importante y necesitaremos tiempo para considerar todas las serias implicaciones.

“En circunstancias muy difíciles y peligrosas en Iraq, nuestras fuerzas hacen un trabajo de primera.

“Sin embargo tenemos que mantener tanto la efectividad operativa como la confianza y la fe del público.

“Si hay que aprender lecciones como resultado de este proceso, lo haremos.”

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