En junio, Chris Pincher, alto responsable del Partido Conservador británico y ex ministro, fue ‎visto en Londres borracho y piropeando a hombres en el Carlton Club. Posteriormente, el 3 de ‎julio, varios testimonios demostraron que no era la primera vez que Pincher violaba la moral ‎puritana de la clase dirigente británica. Al incidente alrededor de Pincher siguió una cascada de ‎renuncias de miembros del gobierno del primer ministro Boris Johnson –dimitieron 63 de sus 179 ‎colaboradores. Finalmente, el propio primer ministro Boris Johnson dimitió, el 7 de julio, como ‎resultado de incidentes que nada tenían que ver con su acción política.

 El 8 de julio, Shinzo Abe, ex primer ministro de Japón y hombre fuerte en el seno del partido ‎político en el poder, fue asesinado mientras hacía uso de la palabra en un mitin electoral. En ‎los años 1950, el padre de Abe introdujo en Japón la Iglesia de la Unificación del reverendo ‎Moon. Todo el clan Abe estaba estrechamente vinculado con esa iglesia, que en realidad es un ‎importante grupo de presión militar, política y religiosa y herramienta indispensable de la CIA ‎estadounidense durante la guerra fría. En este momento, Shinzo Abe y la secta Moon estaban poniendo en juego ‎toda su influencia para que Japón se alíe públicamente a Estados Unidos en contra de la ‎República Popular China.

 El 10 de julio varias mujeres jóvenes que acababan de asistir a una reunión de verano del Partido ‎Socialdemócrata de Alemania (SPD) sufrieron trastornos y malestares físicos. Entre ‎los participantes se hallaban el canciller alemán Olaf Scholz, los parlamentarios del SPD y sus ‎equipos de trabajo. Al parecer, al menos 9 jóvenes fueron drogadas subrepticiamente ‎y posiblemente violadas.

 En la tarde del 11 de julio, el diario francés Le Monde publicó la primera parte de un estudio ‎sobre una serie de documentos entregados a un consorcio de grandes medios de prensa donde ‎quedan al desnudo los métodos utilizados por la empresa Uber para implantarse en diferentes ‎países. Esos documentos internos de Uber demuestran que, siendo ministro de Economía, el hoy ‎presidente francés, Emmanuel Macron, favoreció la implantación de esa empresa estadounidense ‎en Francia llegando incluso a modificar leyes en vigor que obstaculizaban la entrada de Uber al ‎mercado francés. Por ahora, ninguno de los documentos revelados permite afirmar que Uber ‎haya sobornado a Emmanuel Macron. ‎