por Blgo. Gustavo Ywanaga Reh, M.Sc.; gywanaga@gmail.com
8-1-2007

Uno de los últimos proyectos de ley presentado en diciembre del 2007 es para la ley que crea el Ministerio del Ambiente y los Recursos Naturales. Esta iniciativa propuesta por los congresistas Gloria Ramos, Aldo Estrada y José Vega, que tiene el aval del gobierno es a simple vista positiva, sin embargo trataremos de aclarar algunos aspectos que, quizás, se desconocen.

Como indica el artículo primero del proyecto, el objeto es crear un ministerio como organismo rector del ambiente y los recursos naturales, integrante del Poder Ejecutivo y con autonomía administrativa y económica. Así mismo, este ministerio sería producto de la fusión de las siguientes entidades: CONAM, INRENA, OSINERGMIN y DIGESA. Hecho curioso: sólo se menciona el organismo de control de la actividad minera, sin embargo los ministerios de producción en la línea de industria, turismo o pesquería no son considerados, por lo que seguirían ejerciendo funciones traslapadas al nuevo ministerio ya que no serían derogados.

Los países americanos mencionados en la exposición de motivos se caracterizan por ser países plagados de denuncias en temas ambientales “no sancionados” por estos ministerios, muchos de ellos no tienen actividades significativas de extracción de recursos sino sus actividades principales están basadas en el turismo. También se desprende de la lista que ni EEUU ni Canadá cuentan con ministerios del ambiente, estos países son los dos únicos desarrollados del continente (ambos referentes mundiales en calidad ambiental), y sobre todo caracterizados por la buena calidad ambiental de sus procesos económicos “dentro de sus fronteras”.

El análisis costo-beneficio planteado se basa en las posibilidades de reducción de los costos de la degradación ambiental (casi 4% del PBI), lo cual significaría un ahorro en gastos al Estado.

El principal inconveniente con este ministerio es el gigantesco conflicto de intereses que tendría con la cabeza de gobierno. Si el ministerio es dependiente del Ejecutivo, ¿SU MINISTRO SERÍA CAPAZ DE SANCIONAR A UNA EMPRESA MINERA? o ¿SE OPONDRÍA A LA CREACIÓN DE UN MEGAPROYECTO COMO MAJAZ O TAMBOGRANDE? La respuesta es sencilla: NO. Este ministerio simplemente sería usado como un arma por el gobierno de turno para atacar a un grupo opositor y facilitar los caminos a otro grupo.

Quizás este proyecto ha generado entusiasmo para algunos defensores del ambiente, pero no debemos ser ingenuos en estos temas. El tema ambiental sería igual o peor, puesto que, como se indicó, se avalarían todas las actividades que se pretendan realizar. Tal como lo dijeron los dos últimos presidentes nacionales, en diferentes palabras: “el proyecto minero A o B se realiza SI o SI”. A gran entendedor pocas palabras, dice el dicho.

No pretendemos ser aguafiestas, pero si realmente se quiere caminar al desarrollo sostenido, basándose en proyectos de calidad ambiental, el futuro ministerio del Ambiente tendría que ser completamente autónomo del Ejecutivo, sobre todo en la parte política, tal como lo es el Tribunal Constitucional o el Ministerio Público, o simplemente la Agencia de Protección Ambiental de EEUU (EPA)