Este proceso tiene algunas características como la apropiación de la calle, la reconstrucción de identidades, la contención de los vecinos, la diversión, la expresión y la recreación. Algunos de estos proyectos dependen directamente del presupuesto municipal o de la voluntad de los vecinos o, simplemente, un híbrido entre ellos.

Uno de los tantos proyectos que existen en todo el Gran Buenos Aires es “Arte en los Barrios”, dirigido por la Dirección de Arte y Cultura del Municipio de Morón, “un programa que tiene más de 50 talleres divididos por territorios, a su vez hay diferentes programas como Abuelos Arte Club y Arte y Salud”, explica Melisa Catalá, coordinadora.

Sin duda, plantea Melisa, “lo más importante es el cómo lograr , a través del arte, en un espacio de participación que permita claramente la posibilidad de contribución de todos y que a la vez pueda acompañar el proceso artístico, que tiene que ver con lo más profundo de la expresión, de las subjetividades de cada uno”.

“Por otro lado, Arte en los Barrios es un espacio que complementa otros programas –generados desde la Dirección de Arte y Cultura- , ya que participamos en otras actividades que no son gestionadas directamente por nosotros pero sí acompañadas”, y así poder contener al vecino en su integralidad.

Este tipo de espacios de participación vecinal se generaron, en su mayoría, luego de la crisis del 2001, gracias a los movimientos sociales y las asambleas populares; en la actualidad muchos de estos proyectos son pensados desde el Presupuesto Participativo, lo cual es una herramienta democrática que permite a los ciudadanos incidir o tomar decisiones referentes a los presupuestos públicos, generalmente sobre el presupuesto municipal.

Como el caso de Arte en los Barrios, donde los ciudadanos definen qué hacer con ese dinero y permite “acercarse y hacer trabajos de cogestión donde el otro tenga un rol protagónico central, que tome la actividad que la haga propia y la motorice”.

Melisa define que “este es un trabajo descentralizado de talleres culturales en la búsqueda de dar una vuelta a la situación para trabajar con el otro y trabajar en función de las necesidades del otro”, las cuales son sociales, económicas y políticas, en una ciudad que tiene más de 3oo mil habitantes.

Gran Buenos Aires indiscutiblemente es un escenario donde la politiquería es la vedette y el compromiso para la construcción política preocupa permanentemente a un sector, ya que “los espacios de participación son lugares que vienen muy manipulados, vapuleados y hay que laburar bastante en reconstruir estos lugares”, exhorta Melisa.

Melisa reflexiona que “hay barrios donde hay un nivel de trabajo mucho más fuerte, que tiene que ver con problemáticas y circunstancias concretas, otros barrios son más difíciles porque hay menos relación con referentes barriales o instituciones”.

Desde la coordinación del proyecto definen “al Arte como una herramienta de transformación social”- aunque me atrevería a agregar a lo cultural y la comunicación-, frente a esto permitir “el encuentro, la participación y la construcción de otro modelo”.

Sin duda, el Arte es una de los caminos para la expresión de sentimientos, pensamientos y de ideas. Aunque esta definición tira por la borda lo elitista y conservador de otras concepciones. La calle, el barrio es el lugar y la creación y la contención son los resultados inmediatos.