Ya no leemos más que diarios, recibos de impuestos, apuntes o folletos. Lo mas grave de este asunto es que ya no le leemos un cuento a nuestros hijos antes de irse a dormir.

Hoy resulta más rápido y practico encender la caja del entretenimiento la cual pasó a instalarse en nuestra familia como un miembro más que habla y opina por nosotros.

Yo me resisto a tener más perdidas de sueños, de vivencias, de colores, de olores, de sabores, de palabras….

Esta resistencia, por suerte, se ve multiplicada en otros adultos. Un ejemplo son las docentes de la Escuela número 32 de Temperley que con historias de lobos, brujas, hadas, seres mitológicos y cuentos fantásticos invadieron la imaginación de sus alumnos logrando sumergirlos a lo largo del año en el maravilloso mundo de cuentos y relatos, transformando a los niños en ávidos lectores, narradores y artistas.

Bucearon a través de distintos autores, soñaron con historias de princesas y descubrieron el placer más bello, el de la palabra.

Este proyecto concluyó en un encuentro donde contaron y mostraron lo trabajado en el aula y fuera de ella, apropiándose de los espacios de la escuela.

Unas vez más queda demostrado que los niños siguen siendo niños. Que los cuentos siguen gustando y que los adultos disfrutamos reviviendo nuestra infancia.

Te recomiendo que visites proyectobrujasprimerciclo.blogspot.com .

Nota publicada por la agencia Motor de Ideas.