La industria juguetera mexicana perdió 10 por ciento de sus ventas en 2009, mientras que 1,400 trabajadores quedaron desempleados. La competencia del juguete chino es una amenaza, como la falta de tecnología e innovación.
Durante 2009, la industria del juguete en México perdió 10 por ciento de sus ventas y 1,400 empleos. Sin embargo, expresa Miguel Ángel Martín, presidente de la Asociación Mexicana de la Industria del Juguete (Amiju), 2010 es un año para recuperarse siempre y cuando las empresas se renueven.
Considera que 2009 es un caso aislado y que la industria del juguete en México tiene oportunidades de crecimiento si las empresas están dispuestas a apostarle a la innovación, el diseño y las nuevas tecnologías.
En su opinión, deben satisfacerse las necesidades de un consumidor más informado y desarrollar productos que impulsen las capacidades de los niños: “No hay que perder de vista lo que encierra el juego: fantasía, sociabilidad y aprendizaje. Si el mercado conserva la visión de crear productos con un valor agregado, entonces irá en crecimiento”.
Y es que, agrega, es necesario reinventar los productos para hacerlos más atractivos: “La visión a futuro es renovarse. El diseño y la interactividad son palabras que no deben olvidarse en el desarrollo de los productos”.
Aunado a la recesión económica, la industria del juguete fue perjudicada por la contingencia del virus AH1N1. Abril significó un mes de pérdidas para la industria. Tradicionalmente es la temporada donde hay más utilidades por el Día del Niño.
Dos grandes empresas dedicadas a productos inflables y armables cerraron sus puertas; otras tuvieron que recurrir a paros técnicos. Mientras en enero de 2009 la industria ofrecía 28 mil empleos, hacia finales de ese año se habían perdido 1 mil 400.
Hasta principios de 2008, la industria tuvo una tasa de crecimiento de 7 por ciento; no obstante, el Instituto Valenciano de Exportación (Ivex) señala que la producción nacional ha perdido terreno.
Según su estudio Juguete en México, publicado en julio de 2009, sólo 29 empresas mexicanas tienen una participación relevante; en general, pequeñas y medianas empresas que destinan la totalidad de su producción al comercio nacional.
Para este sector, el proceso de decrecimiento gradual se inició en 1986 cuando México ingresó al Acuerdo General de Aranceles y Comercio. Entonces la Amiju reunía a 320 empresas; el 95 por ciento eran mexicanas y dominaban la demanda de juguetes. En la actualidad, tiene 79 empresas afiliadas, 10 de ellas extranjeras que generan 28 mil empleos.
Con la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, la llegada masiva de juguetes procedentes de China, cuyo costo era menor que el de los productos nacionales, generó una crisis en el mercado interno. A gran distancia, describe, China es el mayor importador. Advierte que su papel como proveedor podría aumentar en 2011, año en que se eliminarán aranceles.
En opinión del Ivex, las cuotas que gravan la importación de los juguetes procedentes de China motivan su entrada ilegal. Al menos tres de cada 10 productos en el mercado vienen del contrabando; por lo que 600 millones de dólares en la industria tienen su origen en la ilegalidad.
Mercado en desventaja
El análisis del Ivex indica que el mercado del juguete en México genera un valor anual de 2 mil millones de dólares. No obstante, identifica como amenaza la fuerte competencia de firmas internacionales y producto extranjero que absorben la mayor parte de la demanda, y la tendencia al consumo del producto de marca extranjera.
La industria del juguete está dominada por el producto importado que absorbe el 65 por ciento del mercado frente al 35 por ciento del producto nacional. De las 34 marcas, que según la Procuraduría Federal del Consumidor se comercializaron más entre 2008 y 2009, sólo cinco son mexicanas: Apache, Fotorama de México, Impala, Mi Alegría y Prinsel.
Como otras amenazas, señala la importancia creciente de China como proveedor de juguetes a bajo costo; que en 2011 las medidas antidumping, impuestas al producto chino, concluyen, y la entrada ilegal de juguetes de ese país.
China representa las tres cuartas partes del total de las importaciones mexicanas de juguete. De 2006 a 2008, la compra de productos chinos pasó de 1 mil 67 millones 600 mil a 2 mil 193 millones 63 mil dólares. En los últimos años, la balanza comercial en el sector ha sido negativa, con menos 830 millones 250 mil dólares. En 2008, México exportó juguetes con un valor de 2 mil 139 millones 13 mil dólares e importó 2 mil 969 millones 38 mil dólares.
Al respecto, Miguel Ángel Martín, presidente de la Amiju ?organización que reúne a 74 empresas?, explica que una desventaja en el mercado es que los industriales mexicanos no gozan de subsidios, estímulos y bajas tasas impositivas, como es el caso de China.
Describe que el gobierno asiático entrega incentivos a las nuevas empresas para estimular su crecimiento y promover inversiones de largo plazo. En opinión del empresario, la alta imposición de aranceles y gravámenes impide que las empresas crezcan y creen más empleos.
Sin una visión de largo plazo en la política fiscal y sin una visión donde gobierno e industriales se comporten como socios comerciales, advierte, el potencial de la industria en México se verá limitado.
Por ello, reflexiona, hay que trabajar con la Secretaría de Economía para sensibilizarla, sobre todo, en la diferencia que existe entre los costos en México y los costos de los socios comerciales: “Es necesario establecer una política en términos de una relación comercial balanceada que permita una competencia equilibrada en costos y aranceles”.
El presidente de la Amiju advierte que, cuando hay inequidad en la carga impositiva, las inversiones disminuyen. Además, refiere, “es muy común que las empresas tengan aprietos de liquidez para cubrir su nómina, por los pagos a distribuidores y proveedores de materias primas”.
Otro obstáculo para el mercado del juguete nacional, considera el estudio, es la carencia de una maquinaria de alta tecnología y la falta de personal especializado para su manejo. Martín menciona que ésa es la razón por la que es necesario importar matrices y moldes. El 85 por ciento de esos productos son importados.
El instituto refiere que hasta hace unos años, la maquinaria en México era la misma que en la década de 1950. Por lo que las empresas tenían que fabricar los moldes o enviar al extranjero a su personal para continuar con el proceso. Ello provocó el cierre de empresas o que optaran por dedicarse a la importación y comercialización.
Además, agrega el Ivex, el alto precio del plástico en el país influye en la competitividad del juguete nacional: “Para muchos fabricantes, la compra de esta materia prima es tan costosa que resulta más rentable la importación de juguetes y piezas de otros países”.
Entre otras debilidades en el mercado, señala la resistencia de algunos fabricantes a introducir cambios a sus productos; la baja inversión en promoción y publicidad, y el difícil acceso al crédito.
En México, sólo Mattel, la españolas Moltó y Famosa, y la danesa Lego tienen plantas de producción en México. La estadunidense Hasbro, que durante la década de 1990 llegó a sumar cinco fábricas en el país, redirigió su estrategia de producción hacia países asiáticos. Por lo que hoy tiene presencia en el país a través de subsidiarias de importación y comercialización.
Potencial en juguete mexicano
El análisis Juguetes en México califica como fortalezas del producto mexicano su calidad y que es apreciado por el consumidor nacional. Así como el reconocimiento de fabricantes de la necesidad de modernizarse para ser competitivos y el buen entendimiento con las entidades gubernamentales.
En cuanto a las oportunidades, la amplitud del mercado mexicano, con 31 millones de niños; las políticas públicas proteccionistas; la mala imagen del producto chino, y la apuesta del consumidor por el juguete pedagógico y de calidad.
De acuerdo con la Amiju, México es el tercer exportador de juguetes en el mundo, seguido por China y Brasil. En promedio, anualmente el país gana 1 mil 600 millones de dólares en juguetes exportados. Para Miguel Ángel Martín, el mercado nacional tiene un gran potencial por los costos de la logística, la mano de obra calificada, el idioma y su ubicación.
El país, observa, es una zona estratégica en América para atraer inversiones: “La ubicación de México que permite que tanto fabricantes nacionales como empresas trasnacionales exporten sus productos”.
Las exportaciones de juguetes desde México se dirigen, sobre todo, a Estados Unidos, que absorbió en 2008 un 90.7 por ciento del total de las exportaciones mundiales de juguetes mexicanos. Según el Ivex, tanto la importancia de Estados Unidos como destino de exportaciones mexicanas y el volumen de las ventas van en aumento.
Detrás de Estados Unidos, los principales receptores de juguetes mexicanos en 2008 fueron Paraguay, Australia, Japón, Canadá, Chile, Venezuela, Panamá, Perú y Países Bajos. Es así que el grueso de las ventas mexicanas de juguetes se queda en el continente americano.
Una ventaja del juguete mexicano, describe Martín, es su durabilidad y su diseño creativo: “Esas fortalezas pueden parecer inconvenientes para el consumidor mal informado. Los juguetes que no reúnen la calidad y la seguridad, que ofrecen los productos mexicanos, son más baratos”.
Para el presidente de la Amiju, si se promociona a México como país de inversión, hay una gran oportunidad para la creación de empleos y el desarrollo económico: “Hay que hacerle saber al mundo todas las facilidades y ventajas competitivas que ofrece el producto nacional”.
El mercado del juguete en México |
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