Orquesta Típica Ciudad Baigón
© Luis Felippe

"Se están persiguiendo a artistas callejeros que forman parte del paisaje cultural de San Telmo", apuntó el abogado que defiende a los músicos en la pugna judicial por recuperar el espacio.

La calle es un espacio común. Nada mejor que ella para reunir en forma espontánea y sin obligación alguna a un grupo de personas para mostrarles lo que apasiona y se sabe hacer. En un espectáculo callejero, uno espía la puesta en escena con la que se topó y luego decide si será o no espectador. En la mayoría de los casos, no permanece hasta el final de la obra, puede que pocos minutos basten para satisfacerse. Incluso puede retirarse y al rato volver a pararse frente al improvisado escenario. No hay horarios fijos, ni precios por butaca ocupada. Así, la mayoría de los espectáculos en la calle no imprimen reglas, su impulso es el ansía de ser, existir y llegar a vivir del arte; para lograrlo se debe subsistir en un espacio público de burocráticos obstáculos. Orquesta Típica Ciudad Baigón se encuentra en esa lucha por ser y trabajar, sin más reglas que la autorización del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires para establecerse sobre los caminos porteños. Pero hace un tiempo, no encuentra más que complicaciones. A mediados de enero, inspectores de Espacio Público, acompañados por la Policía Federal, expulsaron de la esquina de Defensa y Carlos Calvo, en San Telmo, al grupo de músicos amenazándolos con confiscar sus instrumentos. Los hostigaron hasta el hartazgo, con actas de contravención. Desde ese momento, el espectáculo callejero dejó de existir en esa esquina como era habitual cada domingo y, en su lugar, un patrullero se ofrece en exhibición.

La calle, para Ciudad Baigón, es el medio que hace mucho tiempo le permite un ingreso para subsistir y mantener sus proyectos. A mediados de 2007, la orquesta -bandoneones, violines, violas, chelo, contrabajo y piano- comenzó su ejercicio en Defensa, la peatonal dominguera de San Telmo. Allí, durante seis o siete horas, ofrecía un espectáculo para quien quisiera detenerse unos minutos o más. Fue una calle de gran ayuda para el impulso y promoción de dos discos que "tuvieron muy buena repercusión, llegando a vender más de 14 mil unidades", repasó el director de la orquesta, Hernán Cabrera, en diálogo con Agencia NAN.

El espacio público también le permitió el despegue hacía dos giras europeas -por ocho países- y se convirtió en el puntapié para la creación -como cooperativa con otros grupos- de un teatro independiente y un auditorio pronto a inaugurarse.

Todos estos logros sucedieron en dos años. Sin embargo, el 2009 no los recibió de la mejor manera. Según explicó el director, empezaron a recibir "denuncias injustificadas, por supuestos ruidos molestos por parte de algunos pocos comerciantes influyentes de la zona", que llegaron acompañadas de reiteradas amenazas de secuestro de los instrumentos por parte de la policía en caso de no retirarse de ese cruce de calles. Y las trabas no fueron sólo ésas. A principios del año pasado, cuando intentaron conseguir la renovación del permiso que la Dirección General de Uso del Espacio Público les otorgaba para hacer el espectáculo en la vía pública, la autorización les fue denegada con el argumento de que "en esa esquina se estaban realizando obras del programa Prioridad Peatón". "Algo absolutamente falso porque pudimos constatar que no hay ningún tipo de trabajo ni señalización que indique su ejecución", afirmó el abogado de la orquesta, Juan Manuel Di Teodoro.

Para denunciar "la arbitrariedad" de la decisión con la que se denegó el permiso, Ciudad Baigón presentó un amparo judicial en mayo de 2009. Como prueba, los integrantes de la orquesta adjuntaron fotos certificadas por un escribano público a través de las que se demuestra "la inexistencia de obras públicas en las calles Defensa y Carlos Calvo", explicó Cabrera. Entre las pruebas, también se incluyeron firmas de vecinos y algunos dueños de anticuarios que "apoyan nuestra actividad al considerarla de gran valor cultural" completó el director.

Los trabajos en la vía pública estuvieron ausentes hasta la actualidad y no sólo la orquesta lo testificó. Algunos vecinos de la zona indicaron la misma versión: "No estamos enterados de la existencia de ninguna obra en el lugar ahora ni antes. Lo que sí puede haber es alguna tarea de mantenimiento esporádica y, de haberla, es durante la semana" y no los domingos, cuando el grupo realiza su espectáculo. ¿Podría ser que algún tipo de programa o plan de infraestructura pasara desapercibido por las personas que viven y trabajan en la zona? Desde el Ministerio de Desarrollo Urbano porteño, responsable de las obras, se informó algo distinto. Sin mayores precisiones, fuentes de esa cartera indicaron que "efectivamente se están realizando obras hidráulicas y las que dependen del programa Prioridad Peatón". Esa fue su única declaración.

Durante todo el año pasado los obstáculos se fueron acumulando. Además de las "visitas policiales" y las acusaciones de algunos comerciantes, los músicos debieron resistir a las más de diez actas de contravención que la Fiscalía General de la Ciudad levantó en su contra por exponer un espectáculo en la vía pública sin un permiso, afirmó Di Teodoro. Pero la música siguió sonando domingo a domingo, hasta que, hace poco más de un mes, llegó un desenlace muy poco sorpresivo. "Inspectores del Ministerio de Espacio Público y la policía nos obligaron a dejar la esquina definitivamente, mediante las conocidas amenazas de que nos iban a secuestrar los instrumentos y a poner multas", denunció Cabrera. Desde ese momento, la orquesta no pudo volver a tocar en Defensa y Carlos Calvo.

Un sector privilegiado del pintoresco barrio porteño vio con buenos ojos la medida tomada por el gobierno: "Nosotros pagamos nuestros impuestos como corresponde, por eso no me parece que ellos estén en la calle obstruyendo la vista de nuestros negocios. Así que me parece perfecto que los levanten", manifestó algo enfurecida, pero satisfecha, una comerciante del barrio.

Sin embargo, Ciudad Baigón -como cualquier otra actividad artística callejera- cuenta con un marco legal que la ampara: el decreto 1239/93, que crea un registro para que músicos y artistas ambulantes puedan inscribirse y tramitar el permiso para realizar espectáculo en la calle. Sin embargo, la ley se torna impotente ante las artimañas políticas. "Lo ridículo de esta situación es que se está persiguiendo a artistas callejeros y vendedores ambulantes, que forman parte del paisaje cultural de San Telmo" cuestionó el letrado.

Nota publicada por la Agencia NAN y reproducida por www.buenosairessos.com .