En 2009, Thierry Meyssan acusaba en la prensa rusa al profesor estadounidense Martin Seligman de haber concebido, en su calidad de ex presidente de la American Psychological Association (APA, en español la Asociación Estadounidense de Sicología), las torturas de condicionamiento aplicadas experimentalmente a las personas retenidas en el campo de prisioneros de la base naval estadounidense de Guantánamo [1]. Seligman recurrió entonces a una firma internacional de abogados para presionar a Meyssan y obligarlo a retractarse públicamente, cosa que nunca obtuvo.

Finalmente, al cabo de una larga polémica, que incluyó la distribución de la versión en inglés del artículo de Meyssan entre los participantes de un congreso de la APA y la publicación, en octubre de 2014, del libro Pay Any Price: Greed, Power, and Endless War del periodista estadounidense James Risen, la propia American Psychological Association encargó en noviembre de 2014 al abogado David Hoffman y a la firma de abogados Sidley Austin la realización de una investigación al respecto.

El resultado de esa investigación, que acaba de darse a conocer, confirma que la Asociación Estadounidense de Sicología participó en el programa de torturas de la administración Bush.

«El proceso mediante el cual se creó el Grupo de Trabajo Presidencial sobre Ética Sicológica y Seguridad Nacional (PENS), la procedencia de sus miembros, el contenido de su informe y las actividades ulteriores vinculadas al informe fueron influenciadas por la confabulación entre un pequeño grupo de miembros de la Asociación Estadounidense de Sicología y responsables gubernamentales», declaró la doctora Susan McDaniel, miembro de la comisión investigadora interna.

La comisión investigadora comprobó que todo partió, efectivamente, de una reunión entre la CIA y el profesor Seligman, reunión realizada en 2001, en el domicilio del propio Seligman, con la participación de 18 personalidades. La comisión afirma, sin embargo, no haber podido determinar el grado de conocimiento que tenía el profesor Seligman sobre las torturas que se aplicaban siguiendo sus consejos.

El profesor Seligman sigue afirmando que nunca supo que sus teorías estaban siendo aplicadas por la CIA en Guantánamo en el marco de su programa experimental de torturas y que nunca estuvo personalmente en esa base naval estadounidense.

Pero la comisión investigadora concluye que

«es difícil creer que [Seligman] no sospechaba que la CIA se interesaba por sus teorías, al menos parcialmente, para ese programa de torturas».

En definitiva, ha habido que esperar 6 años para que la información publicada por Odnako en Rusia llegara a convertirse en polémica en Estados Unidos, para que la Asociación Estadounidense de Sicología se decidiera a investigar el asunto y para que se publicara el resultado de la investigación.

Todo habría sido mucho más rápido si la prensa estadounidense simplemente hubiese publicado el artículo de Thierry Meyssan.

[1«El secreto de Guantánamo», por Thierry Meyssan, Оdnako (Rusia), Red Voltaire, 6 de noviembre de 2009.