El ministro de Defensa del Reino Unido, Ben Wallace, aseguró ante el parlamento británico, el 17 ‎de enero, que: «Muchos países se han unido a la alianza atlántica no porque la OTAN los haya ‎obligado sino por la voluntad libremente expresada de los gobiernos y los pueblos de esos países.»‎

La realidad es que hay pueblos que sí se opusieron a que sus países entraran en la OTAN y hubo ‎que manipular las instituciones de esos países para crear una imagen falsa de consenso ‎popular. ‎

Por ejemplo, la mayoría de la ciudadanía de la República de Macedonia del Norte rechazó la incorporación a ‎la OTAN –sólo una tercera parte de la población estaba de acuerdo– pero se creó una apariencia ‎de consenso favorable mediante la manera de contabilizar los votos [1].‎

Pero lo más importante es que la presentación del asunto que hace el ministro británico ‎de Defensa pasa por alto el hecho que los demás miembros de la OTAN también tendrían que ‎aceptar explícitamente la admisión de cada “aspirante” a ser miembro de la alianza, condición ‎indispensable según los estatutos de ese bloque bélico. ‎

[1«Los macedonios rechazan la adhesión a la OTAN y a la Unión Europea», Red Voltaire, 2 de ‎octubre de 2018.