El ex presidente francés Francois Hollande confirmó al diario Kyiv Independent que los Acuerdos de Minsk II, firmados el 12 de febrero de 2015, supuestamente para poner fin a la guerra de Kiev contra la población rusoparlante del Donbass, fueron en realidad una maniobra de Occidente para engañar a Rusia y ganar tiempo para armar al régimen ucraniano [1].
Hollande confirmó así las recientes declaraciones, en el mismo sentido, de la ex canciller alemana Angela Merkel, a Die Zeit [2]. A la pregunta, «¿Usted también piensa que las negociaciones de Minsk buscaban a retrasar los avances de Rusia en Ucrania? », el ex presidente de Francia respondió: «Sí, Angela Merkel tiene razón sobre ese punto.»
Alemania y Francia firmaron los Acuerdos en calidad de «países garantes», lo cual quiere decir que Alemania y Francia se comprometían –al igual que Rusia– a garantizar la aplicación de dichos acuerdos, posteriormente avalados por el Consejo de Seguridad de la ONU.
En aquel momento, el representante de Ucrania, el entonces presidente Petro Porochenko, declaró inmediatamente que nunca aplicaría los acuerdos que él mismo acababa de firmar.
Las declaraciones de la ex canciller Merkel y del ex presidente Hollande vienen a confirmar que sólo el presidente ruso Vladimir Putin, el cuarto firmante de los Acuerdos de Minsk II, firmó esos acuerdos de buena fe… y creyendo en la buena fe de los demás firmantes.
Sin embargo, el hecho que Rusia propusiera al Consejo de Seguridad de la ONU que avalara los acuerdos de Minsk mediante la resolución 2202 –adoptada el 17 de febrero de 2015– hace pensar que Rusia no confiaba totalmente en la buena fe de Alemania y Francia y que ya comenzaba a sentar las bases legales para la actual intervención.
El hecho es que la resolución 2202 del Consejo de Seguridad de la ONU justifica la actual intervención de Rusia en Ucrania en su calidad de país garante de la aplicación de los Acuerdos de Minsk, algo que nunca se dice en los medios de difusión occidentales.
Nota a los posibles lectores del texto original de la entrevista del ex presidente de Francia, Francois Hollande.
Francois Hollande se refiere a los pobladores del Donbass que exigían el reconocimiento de sus derechos llamándolos «separatistas», lo cual es un anacronismo ya que, en 2014 y 2015, las hoy Repúblicas de Donetsk y Lugansk se veían a si mismas como regiones autónomas. Sólo pasaron a ser separatistas en 2022, cuando Kiev preparó una operación militar decisiva contra ellas.
El término «separatista» no es del agrado del Kyiv Independent, que lo atribuye a la propaganda rusa, aunque Moscú nunca utilizó ese término antes de 2022.
Por otro lado, en el momento de los Acuerdos de Minsk no había soldados rusos en el Donbass sino combatientes pagados por un millonario nacionalista, a quien el presidente ruso Vladimir Putin obligó a retirar aquellos hombres haciéndole notar que su poder económico no le confería ningún tipo de mandato político.
El ejército ruso llegó al Donbass sólo cuando comenzó la «Operación Militar Especial», el 24 de febrero de 2022, y con el objetivo de poner en aplicación la resolución 2202 del Consejo de Seguridad de la ONU… la resolución que avala los ya mencionados Acuerdos de Minsk.
[1] “Hollande: ‘There will only be a way out of the conflict when Russia fails on the ground’”, Theo Prouvost, Kyiv Independent, 28 de diciembre de 2022.
[2] “Hatten Sie gedacht, ich komme mit Pferdeschwanz?”, Tina Hildebrandt y Giovanni di Lorenzo, Die Zeit, 7 de diciembre de 2022.
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